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La Orquesta Sinfónica Estanislao Mejía, de la Facultad de Música de la UNAM, debutará en el Palacio de Bellas Artes el 20 de febrero, con el estreno mundial de Solo e pensoso para coro masculino y orquesta de cuerdas del compositor Sergio Cárdenas.

“Este concierto marca, de alguna manera, el inicio de la edad de oro de mi trayectoria como director porque en diciembre cumplí 50 años. Además volveré a dirigir en este recinto después de 10 años de ausencia, en este teatro en el que debuté en 1977”, dice en entrevista Cárdenas, director artístico de esta orquesta conformada por estudiantes de música.

La agrupación, dice su director, ha sido invitada dos veces al festival internacional Young Euro Classic de Berlín, donde asisten las mejores agrupaciones juveniles del mundo.

“La orquesta nació en 2005 y ha mostrado avances notables, su primera gran prueba de fuego se dio hace casi tres años cuando fuimos a Berlín por primera vez, una experiencia muy buena y exitosa. Ahora tenemos la oportunidad de presentar nuestra evolución, en este espacio tan importante”.

De acuerdo con Cárdenas, la Facultad de Música no sólo está comprometida con la formación, sino que ha logrado que los estudiantes tengan una conciencia de la repercusión social de su trabajo como artistas.

“Los músicos han entendido que no estudiaron para estar encerrados en un nicho, sino para tener una presencia en todos los lugares posibles. En este concierto todos los músicos estarán a la altura del recinto, estos muchachos van a responder, en proporción a su juventud y talento, con todo lo que tienen”, explica el director.

El músico ha compuesto más de 100 obras, la mayoría estrenadas en países como Alemania, Austria, Bélgica, Egipto, Estados Unidos, Polonia, Rusia, Italia y México. “Mi faceta como compositor es poco conocida, aunque la primera obra mía se estrenó en 1969. Mi obra se conoce más en otros países, en México casi no, no sé por qué, quizá ha sido un error mío en términos de difusión o quizá ha sido prejucio de las autoridades culturales”, explica.

Solo e pensoso con texto de Petrarca, está escrita en 2004, cuando el compositor se sentía fuertemente influenciado por la cultura arábiga. “En ese entonces yo era titular de la Sinfónica de El Cairo. Tiene un elemento muy interesante. Tomé como base uno de los sonetos de Petrarca, el gran poeta del Renacimiento, que escribió a Laura y que refleja una calidad de amor que parece que ha dejado de existir; habla de cómo está ardiendo de amor por ella. No es fortuito que Petrarca haya sido el poeta favorito de los madrigalistas, la exigencia para los cantantes era muy grande porque debían tener una gran capacidad dramática. He tomado ese soneto, pero no es mi intención imitar a los madrigalistas porque no es esa la energía que se quiso liberar de mí cuando la escribí”, dice.

Sin embargo, agrega, la profundidad del poema está presente en su obra. “Le dije al coro que sé que mi pieza es muy difícil, tiene pasajes que requieren de mucha concentración, pero también sé que no hubo manera de impedirlo, es decir, una vez que uno inicia el camino de la creación sigues hasta que sientes que has terminado. No la iba a hacer fácil”, cuenta.

El programa del concierto que se llevará a cabo el 20 de febrero a las 19 horas, se complementa con Sinfonía no. 9 de Beethoven; participan los coros Ars lovialis, Alquimistas, de la OSEM-UNAM, Convivium Musicum y el Sinfónico del Sistema Nacional de Fomento Musical.

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