Jerusalén. Payam Feili, poeta y escritor obligado a abandonar Irán, su tierra natal, debido al hostigamiento sufrido por ser gay y atreverse a manifestarlo en sus escritos, solicitó asilo en Israel, pese a que ambos países son tradicionalmente enemigos.

El autor nacido en Kermanshan, a 500 kilómetros de Teherán, ayer en una comparecencia en Jerusalén, acompañado por una traductora, relató cómo tuvo que escapar de su país hace dos años para radicar primero en Turquía, y cómo aterrizó hace tres meses en Israel, donde espera poder permanecer como exiliado.

Con una estrella de David tatuada en el cuello, que le “conecta con este país”, uñas pintadas de azul y anillo turquesa, el escritor narró que tuvo que dejar Irán por el acoso y hostigamiento que sufrió especialmente tras la publicación de sus obras literarias.

Plataforma del Sol, la primera novela que publicó cuando tenía 19 años, y Creceré, daré frutos... higos, su segunda obra que narra la historia de amor entre dos soldados iraníes durante la guerra de Irán-Irak, lo colocaron en el punto de mira de las autoridades de la República Islámica.

“Tengo 21 años. Soy homosexual”, así inicia su primera novela, una declaración lapidaria en un país donde ser homosexual está penado con la flagelación y la ejecución.

“Todo el mundo sabe que vivir en Irán no es fácil, especialmente para las minorías de género y los que pensamos diferente”, sostuvo antes de hablar sobre la intolerancia en su país, de la que exime a la sociedad, “pues la culpa es del régimen que la adoctrina”.

Mientras su figura ganó reconocimiento en el extranjero, en Irán su situación se complicó con el veto de sus publicaciones, su despido como editor de un medio y la presión emocional y familiar se hizo insoportable.

Feili calificó a las últimas elecciones en Irán, en las que se impusieron los reformistas, como “teatro, cuyo resultado está predeterminado y dictado por el mismo régimen”.

Afirmó que en su país se sentía “vacío, aislado e incapaz de conectar con la gente” y que escapar “fue lo fácil, porque el régimen presionaba para que dejara el país”.

Dijo que antes de dejar Irán pensó en Israel como destino, “comencé a conocer acerca del país a través de cómo el cine (internacional) retrataba el Holocausto, luego leí la Torá y me atrajo desde lo cultural y espiritual”.

Tras su exilio en Turquía, fue invitado por autoridades de EU e Israel pero se decidió por éste último tras una invitación de Idó Magán, periodista que le propuso viajar a Tel Aviv para ver en un teatro israelí la adaptación al hebreo de una de sus piezas.

Magán consiguió la expedición de un visado a un nacional iraní no judío tras la intervención de la Ministra de Cultura, Miri Reguev; del anterior titular del Interior, Silván Shalom, y las gestiones de la comunidad gay de Israel.

Recordó que el año pasado un ultraortodoxo judío apuñaló a varias personas en la marcha gay de Jerusalén. “Sé que la religión aquí es una cuestión de calibre, pero no es el único país donde hay extremistas”. aunque dijo no sentir afección por ninguna religión.

El proceso de solicitud de asilo de Feili no está completo, tiene un visado especial que expirará en octubre, aunque trabaja con la esperanza de que se quedará en Israel.

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