Enrique Krauze lucía sorprendido. Mil jóvenes que colmaron el Auditorio Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) lo ovacionaron en cuanto subió al escenario para responder a sus preguntas durante 50 minutos. Con la  primera, sonrió. “De los últimos tres sexenios, ¿cuál se puede rescatar históricamente para las próximas generaciones?”. “¿Ya van a empezar?”, respondió.

Y agregó: “Sería muy fácil decir que no se puede rescatar nada con los tantísimos problemas que tenemos en México como la impunidad, la violencia, la inseguridad y la corrupción; habiendo dicho que estos son problemas terribles que mi generación y las anteriores les estamos heredando a los jóvenes, hay que decir que en términos generales México, respecto a América Latina, está creciendo, de manera muy pequeña,  pero crece. Y, créanme, cuando yo tenía su edad había un control sobre los estudiantes; la política de México era más opresiva que la actual”.

De pronto, el encuentro “Mil jóvenes con Enrique Krauze” se convirtió en una clase magistral sobre Historia de México. “¿Hubo una verdadera revolución?”, preguntó un chico.

“México fue el imperio de una persona (Porfirio Díaz) después ha habido emperadores cada seis años. Lázaro Cárdenas fue un revolucionario, se crearon sindicatos, hubo muchos cambios que costaron mucha sangre, pero México se convirtió en el país con mayor vocación social”, dijo el historiador.

Krauze se le veía de buen humor, sonreía, escuchaba atento. A petición del público dijo que los spots durante los tiempos electorales se deberían reducir porque sólo provocan que los ciudadanos sientan repulsión hacia los políticos y, en cambio, fomentar los debates con candidatos y personajes independientes como periodistas, intelectuales, obreros, empresarios, escritores.

“Tenemos que cambiar los sistemas de competencia de los candidatos. Eso está pasando en otros países, ¿por qué no en México?”, explicó.

Aseguró que el país necesita cambiar urgentemente porque el crecimiento económico es raquítico, pero advirtió que hay otros problemas de fondo que deben ser atendidos como la corrupción, la impunidad, la injusticia.

“¿Alguno de ustedes tiene fe de que si va a denunciar a la policía se le hará justicia? Estoy seguro que ninguno de ustedes. Es una vergüenza el sistema judicial mexicano, todo el siglo XX nos olvidamos del poder judicial. Necesitamos reconstruirlo desde el origen. Hay zonas del país que ya no son de México como Tamaulipas y algunas zonas de Michoacán, tenemos que recuperar al país. Las generaciones que les anteceden no hemos hecho un buen trabajo”, lamentó el autor de “Retratos personales”.

Añadió que las tres presidencias que han transcurrido tras la alternancia del 2000 lo han decepcionado y aseguró que los hechos ocurridos en Ayotzinapa siguen siendo una herida abierta.

“La muerte de jóvenes estudiantes nunca jamás debió volver a ocurrir después del 68. En Ayotzinapa hubo una convivencia entre autoridades y crimen organizado que no ha quedado clara. Eso se juntó a que ocurrió en el estado, Guerrero, más pobre de México, que además se ha convertido en el mayor productor de heroína. Se juntaron todas las desgracias. El gobierno federal reaccionó mal, debió ir en ese momento y decir: ‘se desaparecen los poderes en Guerrero y yo de aquí no salgo hasta no encontrar a los culpables’. Necesitamos resultados, no discursos ni promesas”.

Google News

Noticias según tus intereses