El novelista cubano Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias de las Letras, confesó hoy ante un numeroso grupo de estudiantes en la localidad española de Avilés (norte), que fue el beisbol y su espíritu competitivo lo que le llevó a ser escritor.

"Ese sentido de la competencia, de aprender a competir, fue muy importante para mí", indicó Padura para explicar que lo primero que quiso fue ser periodista deportivo, cuando comprendió que no iba a ser un buen jugador.

"Después, cuando ya estudiaba la carrera de Letras en la Universidad de La Habana, vi que había otros compañeros que escribían y con mi espíritu competitivo de jugador de beisbol me dije que por qué no iba a hacerlo yo también, y así empecé", explicó el Premio Princesa de Asturias de las Letras, un premio que recogerá mañana.

Para Padura, la mejor escuela para aprender es la lectura, ya que "un escritor inculto puede ser intuitivo y a lo mejor tiene una gran capacidad creativa", pero reconoció que "los grandes modelos literarios son muy importantes".

"El instrumento de trabajo de un escritor es su lengua y uno aprende a manejar bien su lengua leyendo a los que escriben bien en su lengua", subrayó Padura, para añadir que, en ese sentido, los hispanohablantes, como él, son afortunados por la cantidad de autores "maravillosos" que hay, como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa o Manuel Vázquez Montalbán.

Una de las estudiantes participantes en el encuentro le preguntó en qué se inspira para crear los personajes de sus novelas, en especial, el más universal de todos ellos, Mario Conde, que aseguró que nació para un solo libro, pero terminó protagonizando o apareciendo con mucho peso en ocho.

"Lo creé para una novela y luego me di cuenta de que ese personaje seguía vivo y merecía seguir trabajando con él", precisó el escritor, que considera que tiene mucho que ver con la manera de ver y expresar la realidad cubana contemporánea y que se ha convertido "en un encantador de serpientes con respecto a los lectores".

Padura se mostró orgulloso que sus obras se den a conocer al mundo a través de una editorial española, Tusquets, que empezó por publicar Máscaras, la novela con la que ganó el premio Café Gijón en 1995, y a partir de entonces se inició "una relación de trabajo muy cercana" con la que considera su "familia".

Agradece el autor la licencia que le otorga Tusquets para publicar sus obras en Cuba, donde un libro que cuesta veinte euros sería inaccesible para la mayoría ya que "es prácticamente dos terceras partes del salario de un cubano".

sc

Google News

Noticias según tus intereses