El escritor y orientalista Navid Kermani, alemán hijo de inmigrantes iraníes y musulmán, recibió hoy el Premio de la Paz de los Libreros alemanes, en Fráncfort, con una llamada a actuar para poner fin a la guerra en Siria.

Kermani dijo que la comunidad internacional no puede asistir al conflicto y que es necesario "dar pasos decididos a escala diplomática y posiblemente también militares", durante la ceremonia de entrega del galardón, tradicional colofón a la Feria del Libro de Fráncfort.

Consideró que para poner fin a esa guerra es precisa la intervención de "todas aquellas potencias que están detrás o respaldan a las partes enfrentadas", lo que a su juicio engloba tanto a Irán como a Turquía, los países del Golfo, Rusia y también Occidente.

"Posiblemente cometeremos también errores ahí", continuó, pero el mayor de ellos sería "no hacer nada" mientras sigue un "genocidio, a las puertas de Europa", operado tanto por el régimen de Bachar al Assad como del yihadismo de Estado Islámico (EI).

Kermani, una de las voces más representativas en Alemania del Islam progresista, pronunció un extenso discurso, al término del cual pidió no ser aplaudido.

"Tal vez resulte insólito en una ceremonia como ésta", dijo el escritor tras formular ese deseo, para pedir luego unos minutos de silencio en memoria de los luchadores "hasta el último aliento" por la convivencia interreligiosa y el amor entre musulmanes y cristianos.

Kermani emocionó con un discurso sin concesiones, donde recorrió las grandezas del Islam, la comercialización de que es objeto y también los crímenes que se cometen en su nombre, amparados en un "Corán instrumentalizado" por interpretaciones radicales.

También condenó la persecución que sufren las comunidades cristianas en parte de Oriente Medio y toda forma de antisemitismo, inclusive el que pretende sustentarse en la crítica a Israel.

Autor de novelas y ensayos, el galardonado, de 47 años, incidió en los dramas humanos, políticos o religiosos, generadores de las oleadas migratorias actuales, tema dominante en Alemania, en medio de los desafíos logísticos y políticos derivados de la llegada de refugiados al país.

Tras los minutos de silencio solicitados, Kermani se llevó una respetuosa ovación por un discurso a la altura de quien había sido definido por el presidente del Gremio de los Libreros, Heinrich Riethmüller, como un "viajero entre las culturas y las religiones del mundo" y una voz "necesaria" frente a la crispación actual.

La ceremonia, celebrada como todos los años en la emblemática iglesia Paulskirche, marcó la última jornada de la Feria del Libro, el mayor escaparate del mundo del sector editorial, al que asistieron unos 7.000 expositores de un centenar de países.
La presente edición tuvo un claro acento político desde la jornada inaugural, el pasado martes, que estuvo marcada por la intervención del escritor británico Salman Rushdie.
A la invitación a Fráncfort del autor de "Los versos satánicos" siguió la cancelación por parte del Gobierno iraní de su presencia en la Feria, por seguir considerándolo representante de las "ofensas" al Islam.

El Premio de la Paz de los Libreros Alemanes está dotado con 25 mil euros y se destina a intelectuales, escritores o figuras de otros ámbitos relacionados con el pensamiento, identificados con el compromiso político o la innovación.

En 2014 lo recibió el informático y ensayista estadounidense Jaron Lanier, pionero de internet y gurú de la llamada "realidad virtual", mientras que en 2013 fue para la escritora bielorrusa Svetlana Alexievich, Premio Nobel de Literatura este 2015.

cvtp

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