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A la espera de un plan de “restauración integral”, el mural de David Alfaro Siqueiros El pueblo a la Universidad, la Universidad al pueblo cumple 60 años. Su deterioro se ha generalizado y desde hace 13 años no ha sido restaurado a pesar de ser un tesoro nacional y de ubicarse en la cara sur de la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Ciudad Universitaria, campus declarado Monumento Artístico de la Nación en 2005 y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2007.

A lo largo de sus 310 metros cuadrados, la escultopintura de relieve de uno de los grandes del muralismo mexicano exhibe daños: el desprendimiento de las teselas que cubren sus estructuras de hierro revestidas de cemento; los mosaicos literalmente se están cayendo a pedazos enfrente de las oficinas de la máxima autoridad universitaria. Menos visible, la corrosión también se ha apoderado de la estructura de esta obra inaugurada en 1956.

El titular de la Dirección General de Patrimonio Universitario, Pablo Tamayo, atribuyó el deterioro del mural a que está a la intemperie y anunció que en próximas semanas se pondrá un tapial de protección y una malla mesh para contener los desprendimientos.

Indicó que en 2015, el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) presentó un plan de “restauración estética”, cuya ejecución se postergó ante la magnitud del daño también en la estructura, y ahora se está a la espera de que presente una propuesta de “restauración integral”, cuya ejecución se iniciará en febrero de 2017.

Desde 1980, toda la obra de Siqueiros —sean de propiedad nacional o de particulares— está catalogada como Monumento Artístico de la Nación, según decreto firmado por el entonces presidente José López Portillo y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 18 de julio de ese año.

La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, en su artículo 2, establece que “es de utilidad pública, la investigación, protección, conservación, restauración y recuperación de los monumentos arqueológicos, artísticos e his tóricos y de las zonas de monumentos” y en su 33 que “la obra mural de valor estético relevante será conservada y restaurada por el Estado”.

Se preguntó al Cencropam, que encabeza Ernesto Martínez Bermúdez, si está al tanto del daño al mural y si participa en algún plan de restauración. A través de Comunicación Social del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), esa dependencia respondió que hasta ahora no ha entrado a restaurar la obra; además no aclaró si ha participado en alguna evaluación.

La DGPU, en cambio, respondió vía correo electrónico que Cencropam sí participó en la evaluación del daño al mural en 2014 y en la elaboración de un plan de restauración desde 2015, que no se ejecutó.

La obra fue restaurada en 1995 y luego en 2003. “El deterioro deriva del intemperismo al que está expuesta la obra, lo que ha provocado la progresiva degradación del mosaico y la perdida de las juntas, además del envejecimiento de los materiales”, indicó Victoria Martínez, jefa del Departamento de Bienes Artísticos y Culturales de la dependencia universitaria.

“Desde 2014, la DGPU ha colaborado con el Cencropam del INBA, realizando distintas acciones para revisar el mural, con el conocimiento del entonces Subcomité de Preservación, Desarrollo y Mantenimiento del Patrimonio Inmobiliario del Campus Central de CU, al estar dentro del área declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO”, indicó Martínez.

Precisó que en junio de 2014, el Cencropam realizó una inspección por parte de su personal técnico, “donde se localizaron una serie de fisuras en las zonas de relieves con inestabilidad de estratos; otras zonas con pérdidas de teselas vítreas originales y se detectaron diversas áreas de material con un color y forma diferente al original, por un envejecimiento disímil. Además de la revisión visual realizada por el Cencropam, se tomaron muestras de teselas con manchas provocadas por el desarrollo de microorganismos, con el fin de realizar cultivos, así como un análisis de microscopía para determinar el biodeterioro en las piezas de vidrio que componen al mural. Como resultado se identificaron hongos y musgos que lo afectan con deposiciones de material orgánico sobre las teselas”.

“Debido a esto, en agosto de 2014 la DGPU solicitó al Instituto de Ingeniería, realizar un estudio estructural de la obra, para lo cual se utilizó la introducción de un endoscopio a las estructuras que forman los volúmenes del mural en 13 zonas diferentes, escogidas por presentar la mayor afectación por la parte exterior. En el estudio se observó la presencia de espuma de poliuretano al interior, que con el paso de tiempo ha ido absorbiendo agua pluvial, propiciando la corrosión de la estructura de metal de los volúmenes y la creación de eflorescencias salinas al frente del mural, procedentes de los morteros de concreto originalmente utilizados para la fijación de las teselas”, explicó.

Como consecuencia, se consideró necesaria la conformación de un proyecto estructural que garantice la estabilidad de los cuerpos que conforman el mural, antes de iniciar los trabajos de restauración estética de los materiales que lo recubren, señaló.

La funcionaria de la DGPU aclaró que sí se hizo un propuesta de restauración estética, que consistía en dos etapas: la primera buscaba recuperar la estabilidad estructural de los volúmenes decorados y la segunda correspondía a la reposición de teselas vítreas perdidas, en mal estado o discordante en tamaño o color al diseño original, así como el sellado de juntas.

Esa “propuesta de intervención estética” fue presentada por Cencropam en febrero de 2015 con base en los análisis de 2014, pero fue postergada “para en su lugar, llevar a cabo una intervención integral”, ante los daños estructurales detectados, para la cual se requieren nuevos estudios y presupuesto.

Al respecto, Irene Herner, especialista en Siqueiros, consideró “horrible” el daño en ese mural en CU, obra que valora como una de las más importantes del artista, entre otras cosas porque con ella se inició la escultopintura y porque fue un experimento exitoso de arte cinético. Sin embargo, recordó que desde 1992-1993 ella había reportado al entonces director del INBA, Gerardo Estrada, y al presidente de Conaculta, Rafael Tovar (hoy secretario de Cultura), que la pieza, cubierta en esa época por una lona amarilla, ya estaba en riesgo, por lo que la lona fue retirada y se procedió a su restauración en el 95.

Añadió que, por los materiales que utilizó Siqueiros, El pueblo a la Universidad, la Universidad al pueblo debe ser pemanentemente evaluado y restaurado. “El primer problema es que Siqueiros —pionero del muralismo callejero—, no trabajó con materiales más de avanzada, sino con mexicanos, como esos mosaicos venecianos”, dice Herner, quien ha investigado la vida y obra de Siqueiros en libros y en la serie Quién era David Alfaro Siqueiros.

“Es muy difícil la restauración de este mural, pero es necesaria. Lo idóneo, lo magnífico es su conservación y restauración, además de la recuperación de la memoria de todo lo que fue este mural”, expresó la investigadora, y planteó incluir en esa recuperación el estudio sobre esa pieza que también en 92-93 trajeron a México de EU, Armando Colina y Víctor Acuña, de la galería Arvil, que está en manos privadas, para exhibirlo con la escultopintura en CU.

“Este mural es importantísimo en la obra de Siqueiros. Fue un experimento exitoso, es un mural cinético. Si no tuviera árboles enfrente y uno pudiera mirarlo desde un auto vería cómo se mueve. Siqueiros estaba influido por la animación de Walt Disney desde los años 30”, señaló Herner.

Siqueiros realizó esta obra de 1952 a 1956 como una encomienda para la Rectoría. Es el mural más grande y el único que concluyó de los tres que están en CU, con Las fechas en la historia de México, también llamado El derecho a la cultura, en el muro norte, y el más pequeño e igual inconcluso Nuevo emblema universitario, que da al oriente.

El artista trazó la obra en el muro, que cubrió con armazones metálicos para formar los volúmenes, y al final aplicó sobre toda el área teselas de vidrio veneciano y bizantino. De Siqueiros, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso están: Los elementos o el Espíritu de Occidente , El llamado de la libertad o Los Ángeles de la Liberación, Los mitos y El Entierro del obrero sacrificado.

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