España, el país donde hay casi una cuarta parte de los monasterios y conventos de todo el mundo -800 de un total de 3 mil-, podría perder dos tercios de los mismos como consecuencia de la avanzada edad de sus inquilinas y de las dificultades económicas.

Según un informe elaborado por el semanario de información religiosa Vida Nueva, en España se cierra un convento de clausura cada mes por la falta de vocaciones jóvenes y la ausencia de ingresos, una situación que empuja a que algunas comunidades tengan que pedir ayuda a los bancos de alimentos.

La revista apunta a la disminución de las donaciones y a que los trabajos que hacían tradicionalmente las monjas -como la repostería- ya no son suficientes para cubrir costes y rehabilitar los históricos monasterios.

"La situación de muchos conventos femeninos es alarmante", explica el sacerdote y director del instituto pontificio Claune, Eleuterio López, cuya organización destinó en 2016 más de medio millón de euros (535 mil dólares al cambio actual) para auxiliar a cincuenta comunidades en dificultades.

Este "invierno vocacional", tal y como lo define la publicación, también afecta desde hace años a las vocaciones masculinas, ya que en el año 2014 el número de sacerdotes ordenados en España cayó un 10 % con respecto al año anterior, pasando de 131 nuevos curas a 117, según los datos de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

No obstante, el informe también apunta a un "florecimiento de nuevas comunidades contemplativas", como es el caso de varios conventos de Castilla y León (centro) y Asturias (norte), a los que pertenecen más de doscientas religiosas jóvenes.

sc

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