Con la finalidad de rescatar los espacios públicos, un colectivo integrado por arquitectos y diseñadores industriales y gráficos desarrolla el modelo CreaParq, en el que reutilizan materiales en la intervención urbana colectiva.

El egresado de la carrera de diseño industrial y de la especialidad en gestión ambiental y desarrollo sustentable por la Universidad de Colima (Ucol), Daniel Alberto Díaz Flores, señaló que CreaParq se divide en dos vertientes, el rescate de espacios públicos y la reutilización de materiales.

“La reutilización de materiales la empiezo a abordar desde que estudiaba diseño industrial para mitigar el exceso de basura y cómo estos residuos sólidos los podemos transformar y reintegrar al sistema productivo”, comentó durante la entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.

El especialista en gestión ambiental, quien colabora en el área de planeación y gestión de proyectos estratégicos del Instituto Colimense de la Juventud del Ayuntamiento de Colima, dijo que en este modelo buscan alternativas para minimizar los impactos que generan al medio ambiente llantas y botellas de plástico.

Respecto a los espacios públicos, Díaz Flores señaló que en coordinación con el arquitecto Rodrigo Pérez Pérez, uno de los fundadores del proyecto CreaParq, se lleva a cabo la planeación y urbanismo de las áreas públicas o espacios verdes que están en degradación y que no tienen una función específica.

“Empezamos a preguntarnos de qué manera podíamos, desde el sector social, transformar esta realidad y congeniamos las ideas para desarrollar un modelo de participación, en donde proponemos el rescate de los espacios, partiendo de la reutilización de materiales, para transformar nuestro entorno y así nace CreaParq”, resaltó.

Modelo de intervención urbana

El modelo de intervención urbana, que se implementó desde hace tres años, se desarrolla en seis etapas.

En primer lugar se realiza un diagnóstico geográfico, en el que se identifican las características y necesidades sociales, urbanas, culturales, ambientales y geográficas del lugar. Después, en la etapa de planeación se plantean soluciones creativas y dinámicas, y en diseño participativo, una vez estructurado un primer bosquejo proyectual, se somete a la opinión de los que serán los usuarios y constructores del espacio.

En la cuarta fase, que es capacitación, se llevan a cabo talleres para enseñar a los participantes las técnicas y los materiales que se utilizarán, por ejemplo cómo se hacen ecoladrillos y cómo se construye con ellos.

“Los talleres de capacitación están enfocados en preparar a las personas para que funjan como actores de cambio, que ellos mismos intervengan en la construcción del espacio”, explicó.

Posteriormente se pasa a la fase de intervención, que es una convocatoria general con las personas capacitadas e interesadas en sumarse al proyecto, mencionó Díaz Flores, quien agregó que es un evento que se realiza en un día o un fin de semana, en donde se forman equipos para desarrollar diversas actividades con el fin de transformar completamente el entorno.

“Si el ciudadano le invierte esfuerzo y trabajo a una actividad, va a generar más empoderamiento, va a sentir que él pertenece a esa proyección y la va a cuidar y valorar más, a diferencia de que el gobierno o algún ente privado construyera y ellos nada más fungieran como entes intermediarios que lo usan, pero no tienen una interacción directa con los espacios”, señaló.

La última etapa es el empoderamiento que consiste en desarrollar actividades en el espacio intervenido para iniciar un proceso de participación y cohesión colectiva, explicó Díaz Flores, quien señaló que emplearon el método de ensayo y error porque consideran que la cohesión social es una cuestión compleja que requiere tiempo para su consolidación.

El modelo de intervención colectiva se implementó en colonias vulnerables como Real de Minas y Lomas Altas, en Villa de Álvarez, para combatir el rezago y mejorar la calidad de los espacios públicos a partir de la construcción de áreas verdes, jardines medicinales, huertas y mobiliario urbano, construido con materiales de desecho como llantas, ecoladrillos, tarimas, escombro, ladrillo y tepetate, entre otros materiales.

jpe

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