Combinar el conocimiento, la ciencia y las tecnologías agropecuarias con los "saberes ancestrales de las comunidades indígenas y campesinas" es la propuesta que hizo hoy la senadora paraguaya Blanca Ovelar en el Foro Internacional sobre Cambio Climático y Seguridad Alimentaria celebrado en Asunción.

La senadora participó este martes en uno de los debates del foro promovido por el Frente Parlamentario Contra el Hambre y la Agencia de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Ovelar explicó que el conocimiento ancestral sobre la tierra "es una fuente de conocimiento que no se debe desechar y se debe combinar en un abordaje mucho más holístico de la problemática, donde en el centro de la preocupación esté el hombre, su seguridad alimentaria, la atención a sus derechos, la equidad en la distribución de los beneficios de la tierra".

La senadora añadió que se necesita un nuevo punto de vista que asegure el sustento alimentario del campesino ante las consecuencias del cambio climático.

"Hay una ecuación difícil de resolver si no hay una nueva mirada, y esa nueva mirada es poner al ser humano en el centro de las preocupaciones, su seguridad alimentaria, su dignidad y su apego a su tierra, donde nació y donde trabaja", expuso.

Sin embargo, lamentó que se percibe en Latinoamérica "un afán de desplazamiento desde una perspectiva mucho más unilateral que no tiene en cuenta y excluye a las poblaciones originarias, excluye al campesino y sus saberes primigenios que provienen de ese contacto histórico y ancestral con la tierra".

Ovelar explicó que la región necesita hacer frente a un modelo actual "expulsivo" que fuerza al campesino a abandonar sus tierras.

"Esa huida desesperanzada del hombre del campo a la ciudad le lleva a engrosar los cinturones de pobreza en las urbes (...) en un ambiente que le resulta hostil donde no hay oportunidad", dijo.

En ese sentido, resaltó que este éxodo rural "es un fenómeno doloroso de América Latina, donde todavía el abordaje solo de la sociología no ha encontrado camino. Necesitamos un abordaje integral desde las políticas de desarrollo y sobre todo desde una genuina preocupación por el ser humano".

Ovelar subrayó además que esta problemática se mezcla con la debilidad y la complacencia de los Estados, que permiten el desplazamiento de los campesinos de sus tierras en favor de una agricultura empresarial mecanizada que "ha desplazado al hombre del campo".

"Es lamentable cómo la expansión de la frontera agrícola, de la agricultura empresarial mecanizada, ha desplazado al hombre del campo, ha reducido enormemente el número de fincas de la agricultura familiar campesina donde el hombre tiene su sustento y produce alimentos para otros y para sí mismo", dijo.

Asimismo, insistió en que los Gobiernos latinoamericanos deberían replantearse el modo de conciliar el fenómeno productivo moderno, con la agricultura familiar campesina tradicional.

"Parece muy normal y muy lógico. Es tan natural y tan fácil de entender que ése tendría que ser el centro del desarrollo. Sin embargo, América Latina y sus democracias no están encontrando la respuesta y la manera de conciliar estos fenómenos", señaló.

Por este motivo, alegó que hay que volver a enfocar la situación porque, poniendo a Paraguay como ejemplo, "lamentablemente las tierras cultivables están realmente concentradas de poderosos".

Bolivia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Paraguay están entre los países con mayor riesgo de inseguridad alimentaria por los efectos del cambio climático en la agricultura, según un estudio de la FAO, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) presentado en agosto.

Paraguay es uno de los países con mayor concentración de tierras del mundo, donde cerca de un 2.5% de la población es dueña de casi el 90% de la superficie cultivable, según la ONG Oxfam.

jpe

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