A pesar de que el suelo tiene una importante participación en la producción de fibras, materiales, alimentos, agua y aire, y de ser un destacado reservorio de carbono (elemento que participa en el calentamiento global) al tener tres veces más que la vegetación, la población desconoce su valor.

El suelo es considerado la piel de la Tierra. Es una capa delgada en donde interaccionan el aire, el agua, las rocas y la biota. La parte denominada perfil se forma por una conjunción de capas horizontales producto de distintos factores como la roca, el clima, el relieve, el tiempo, los organismos y la actividad humana.

El desconocimiento de la diversidad de este recurso puede ocasionar desde inundaciones, hundimientos, derrumbes, hasta problemas de salud generados por los metales pesados que se depositan en él.

“Es importante que toda la población sepa sobre qué tipo de suelo está construida su casa, cuáles son los suelos más productivos, cuáles son los que se inundan y los que no son seguros para la vida humana y esto lo tenemos que enseñar desde la educación primaria”, comentó el doctor Francisco Bautista Zúñiga, del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental (CIGA) de la UNAM.

Elaborar mapas de los suelos que existen en el país permitiría saber qué ocurre en un tipo de suelo que es modificado y si hay alguna repercusión, recomendó el investigador.

Destacó que los distintos tipos de clima que imperan en nuestro país, así como las diversas especies de plantas y animales tienen una estrecha relación con que somos un país edafodiverso, es decir, hay muchos tipos de suelo lo largo del territorio mexicano.

Los asentamientos humanos, agregó, generalmente se establecen sobre los más productivos y cada vez se construyen más casas en lugares donde se debería seguir cultivando o se planea desarrollar grandes infraestructuras sobre zonas que se inundan.

Asimismo, la presencia humana ha contribuido a la contaminación de los suelos. Para recuperarlos existen distintos métodos, siendo uno de ellos la extracción de metales pesados con plantas acumuladoras, las cuales absorben los metales mediante raíces y limpian el suelo. Otro método utilizado en suelos contaminados por hidrocarburos se basa en microorganismos que arrasan con los elementos tóxicos.

La Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura declaró el 2015 como el Año Internacional de los Suelos, con el fin de crear conciencia sobre su importancia en la vida humana y reconocer su valor en la producción de alimentos, la mitigación del cambio climático y el desarrollo sostenible.

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

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