Existen numerosos análisis sobre el movimiento de nuestra moneda con respecto al dólar estadounidense. ¿Por qué sube el precio? ¿Qué indicadores debemos seguir para tratar de entender sus movimientos?
Para el Comité Técnico Nacional de Finanzas Corporativas del IMEF es muy importante analizar los grandes indicadores para identificar lo que sucede. Desde lo que vaya a determinar la Reserva Federal de los Estados Unidos en cuanto a la probabilidad de incremento de su tasa de interés, hasta la posible salida del Reino Unido de la zona euro, la oferta y precio del petróleo; así como cualquier otra situación política en el mundo.

En nuestro país deberá observarse la reacción del Banco de México ante el probable incremento de tasas en Estados Unidos; el déficit en la balanza comercial, incluidas importaciones y exportaciones de petróleo; el déficit en la cuenta pública, los gastos del gobierno, inversión en infraestructura, impuestos, solicitud de crédito al Fondo Monetario Internacional, entre otras variables que determinan movimientos en nuestra moneda. Al final, lo que genera cambios en el precio del peso es un efecto económico básico de oferta y demanda y lo importante es analizar de dónde vienen dichas fuerzas y qué las mueven.

Cabe recordar que en diciembre de 1994 se declara la libre flotación de la moneda mexicana.
Como muchas otras situaciones, es un arma de dos filos, pero se manda un mensaje contundente al mundo de que México se está preparando para recibir a los grandes capitales, imponiendo pocas barreras de entrada y de salida a las inversiones líquidas, y junto al Tratado de Libre Comercio de Norte América (TLCAN) y otros 42 tratados internacionales, se posiciona como una gran opción para invertir.

Después de 22 años, todo esto ha llevado al peso a ser la primera moneda de las economías emergentes y la cuarta más intercambiada en el mundo con respecto al dólar; sólo después del euro, el yen y el dólar australiano.

Ejemplo de ello es la constante compra-venta del peso en la Bolsa de Chicago para futuros con entrega en junio 2016, con un volumen alrededor de 35 mil contratos diarios. Cada contrato equivale a 500 mil pesos. El que nuestra moneda sea tan utilizada como método de cobertura, no sólo contra otras divisas sino como inversión de alta rentabilidad y poco riesgo, o que se use para cubrir Bonos del Tesoro y hasta acciones de empresas públicas en el mundo, nos deja con pocas opciones para defendernos ante la gran turbulencia mundial.

No obstante lo anterior, el Banco de México, junto con la Comisión de Cambios, tiene entre sus facultades intervenir en el mercado de divisas. Recordemos que en febrero pasado se incrementó la tasa de interés primaria en 50 puntos base, pasando de 3.25% a 3.75%.
 Además, se ofertaron 2 mil millones de dólares para compensar la demanda de esta divisa. Esta decisión tuvo un efecto positivo en la cotización del peso-dólar, pero al incrementar las tasas, los créditos que personas y empresas ya tenían, elevaron su costo.

Recientemente, el Banco de México reportó que sus reservas internacionales se ubicaban en casi 177 mil millones de dólares. Al mismo tiempo se anunciaba la aprobación, por parte del Fondo Monetario Internacional, de un aumento en la línea de “crédito flexible” para México y su renovación por dos años más”. Sin indicar las condiciones ni qué significa la flexibilidad de 88 mil millones de dólares, a esto se suman 265 mil millones de dólares para actuar en caso de que la Comisión de Cambios lo requiera.

En lo que va de este año, el peso se ha depreciado 8.5%. De acuerdo a la Encuesta Mensual de Expectativas de Estudios Económicos del IMEF, la inflación al final del año será del 3.30%, por lo que en algún momento, la depreciación de nuestra moneda reflejará un incremento en costos que llevará a que Banco de México no cumpla su objetivo de inflación de 3% por lo tanto se espera que la fortaleza de la posición del banco central se deje sentir.

Ante esta volatilidad, ¿cómo debemos actuar ciudadanos y empresarios? De acuerdo a los análisis del Comité Técnico Nacional de Finanzas Corporativas del IMEF, como ciudadanos, debemos ayudar hablando bien del país, de todas las bondades de nuestro territorio. Existe un aspecto psicológico en las grandes decisiones de las inversiones sobre la imagen de los países. Sentirnos orgullos de ser mexicanos y hacerlo saber al exterior, tiene un efecto positivo a largo plazo.

Por último, y como profesionales de las finanzas, vemos que no hay certeza del camino en el mediano y largo plazo, pero en el corto lo seguro es la volatilidad y para ello existen instrumentos en el mercado que funcionan como seguros ante movimientos de la moneda.
Lo recomendable es acercarse a un asesor. No hay mayor especulación que no hacer nada.

 Miembro del Comité Técnico Nacional de Finanzas Corporativas del IMEF

e-mail: j7jjd@yahoo.com

Twitter: @j7jjd

Google News

Noticias según tus intereses