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La economía mexicana va a ser frenada por el sector público en 2016, esto por el sacrificio que se va a hacer en el gasto, sobre todo en infraestructura que se supone que es el motor interno de crecimiento, advirtió el Centro de Investigación y Desarrollo Económicos (CIDE).

El investigador del centro Raúl Feliz estimó que el próximo año la economía nacional va a crecer 2.6%, es decir, en la parte baja del rango pronosticado por Hacienda.

Estableció que pese a seguir registrando un desempeño mediocre, México es visto como una de las economías emergentes más atractivas.

No obstante, desde hace varios años crece a tasas promedio de 2%.

“México queda a deber en muchos aspectos; es una economía con muchos retos e ineficiencias y dado el deterioro de otras economías emergentes [Brasil, Argentina, Rusia] súbitamente se ve atractivo para la inversión”, afirmó durante la presentación de las expectativas económicas y presupuesto base cero.

El investigador Fausto Hernández señaló que tras el derroche del gasto público en las dos pasadas administraciones con ingresos del boom petrolero, se va a ver una afectación en el presupuesto de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, es decir, en inversión pública que se supone impulsará a la economía. Advirtió que frente al problema de sostenibilidad en las finanzas públicas el verdadero apretón al cinturón viene en los próximos dos o tres años.

De las negociaciones del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación que se llevan a cabo en la Cámara de Diputados, Fausto Hernández dijo que la reasignación de recursos, de casi 17 mil millones de pesos adicionales con la Ley de Ingresos de la Federación para 2016, se va a ver un efecto clientelar.

“Depende de qué tanto poder tiene cada diputado, que hoy por hoy se deben a sus gobernadores”, dijo al recordar que el próximo año se renuevan 12 gubernaturas estatales.

Consideró positivo la decisión del Congreso el fijar el precio de la gasolina sobre una banda de fluctuación con base en la inflación, porque es una fuente estable de ingresos sin efectos inflacionarios.

En su opinión, no es válido comparar los precios de combustibles en México con Estados Unidos porque esa nación incumple los protocolos de Kioto y Estocolmo, es decir, que no valoran el costo social que los europeos calculan.

Comentó que desde que Gran Bretaña cobra dicho gravamen a gasolinas sus ingresos provenientes de ese impuesto han aumentado 200%.

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