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La desilusión que se vive en el mundo por la globalización es un tema que no debe solucionarse con muros, con proteccionismo, ni aislamiento, porque el comercio no es el culpable de lo que sucede, asegura la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström.

“Las soluciones no son muros, ni proteccionismo, ni aislarse, pero hay que responder a las inquietudes de la población”, dice, lo que implica invertir en educación y capacitación.

De lo contrario, se verá que los discursos con ideas xenófobas atraerán audiencia, como lo hizo la candidata a la presidencia de Francia, Marine Le Pen, o el impacto que tuvo en los estadounidenses el discurso proteccionista de Donald Trump.

En respuesta a la posibilidad de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se termine, Malmström asevera que aun y cuando es temprano asegurar qué pasará con el convenio, causaría daños colaterales a los inversionistas.

“Hay empresas europeas que se benefician del TLCAN, aunque no tenemos un cálculo para saber exactamente los efectos que tiene, pero también los estadounidenses perderán mucho si se anula el acuerdo. No hemos hecho un pronóstico de lo que pasaría si cae, pero los europeos también nos beneficiamos del tratado”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.

Para Malmström, aunque la administración de Estados Unidos no da señales claras de qué buscará con la renegociación del TLCAN, en todo esto “hay mucha palabra” y hacen falta las definiciones.

“Si Estados Unidos se retira del mundo comercial, hay que mostrar que hay otros países que quieren reglas comunes internacionales, que creen que es mejor que existan los sistemas multilaterales”, destaca.

Explica que renegociar el TLCAN sería una buena decisión, porque hay que modernizarlo, considerando que se firmó hace más de 20 años.

“Nosotros tuvimos la experiencia de un muro en Europa y no fue una buena cosa. Los muros en general no son buenas cosas, los puentes sí son buenos”, responde respecto a la idea de construir un muro entre México y Estados Unidos.

Además, el bloque no comparte la idea de mirar hacia el proteccionismo, como sucede con Trump. Malmström dice que “es una tragedia” la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Se requiere lograr una salida civilizada de Reino Unido del bloque europeo, y una vez que se tenga más claridad de cómo será la separación, se deberán definir las nuevas reglas comerciales, también en temas de seguridad y el terrorismo, entre otros.

El problema de fondo es que la sociedad ha perdido la confianza hacia el futuro, temen a la globalización, a la robotización y a los avances tecnológicos porque han perdido en todo este proceso. Sin embargo, debe quedar claro que lo que sucede “no es culpa del comercio, porque esto crea trabajo”, expone.

No se ha invertido suficientemente en educación y capacitación constante para que las personas se puedan adaptar a las nuevas condiciones, lo que es un reto enorme para todo mundo, porque miran el lado negativo.

De visita por México, como parte de una gira de trabajo en la que se reunió con el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, la funcionaria comenta que mientras surge el proteccionismo en algunos países, el discurso del gobierno chino es de apertura, pero hay aspectos que deben “reformarse” en China, por lo que habrá que evaluar el desarrollo de su plan.

“En China, el Estado domina el sector comercial al tener muchas empresas; es un país con mucha corrupción y el Estado interviene en el mercado de una manera poco sana”, dice.

Apertura, pero no total

La existencia de productos sensibles, sobre todo del sector agrícola en el bloque europeo, pero también en el caso de México, provocará que haya exclusiones y que no se llegue a una eliminación total de los aranceles en la negociación para profundizar el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México (TLCUEM).

“La posibilidad de liberalizar [la totalidad del comercio] será lo más que sea posible, pero hay productos que serán excluidos. Habrá cuotas en algunos productos, no al 100%, pero sí lo máximo posible”, dice.

La mayor parte de los productos sensibles son del sector agrícola y se les dará un trato especial, como por ejemplo los lácteos, azúcar, arroz, pollo y carne de res, pero estos productos se negociarán hasta el final.

Habrá otros bienes para los que se prevé un periodo de desgravación a lo largo de los años, pero son temas que se siguen negociando, aclara.

Malmström dice que el acuerdo incluirá nuevos capítulos, como el de lucha contra la corrupción, considerando que este problema impacta el ámbito económico. “Si no hay reglas claras, transparencia o un sistema jurídico predecible es difícil hacer inversiones, por eso vamos a ver cómo incluimos algunos temas”.

Se incluirá propiedad intelectual, protección para los productos que cuentan con denominaciones geográficas, como el Cognac, o denominación de origen, como la talavera, tequila o mezcal. Destacan también medio ambiente, inversiones, desarrollo sostenible y derechos humanos.

La funcionaria dice que se pretende terminar las negociaciones del TLCUEM este año.

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