A lo largo de la historia, algunas regiones del mundo se han caracterizado por disponer de abundantes minerales, petróleo, oro o muchos otros recursos, y por lo tanto, de ser muy ricas —económicamente hablando—. Se tiene la evidencia de que en ellas se ha generado una esfera de prosperidad y hoy en día se mencionan sus éxitos. En estas se incluyen desde impresionantes emporios industriales, hasta parques emblemáticos caracterizados por su alta tecnología. Cualquiera de ellos tiene una resonancia global. En estos casos, ha sido fundamental la aplicación de políticas estratégicas de los gobiernos y también la visión de los líderes empresariales que aprovechan las oportunidades de su entorno.

Enfocando esta idea hacia nuestro país, destacamos la importancia que tienen los clústers y su relación con el escenario global, pues se trata de un conjunto de industrias que tiene una relevancia productiva, económica y estratégica en una región determinada. Además detona una serie de ventajas y beneficios en el desarrollo de los agentes económicos y sociales. Entre ellas pueden mencionarse la inversión —nacional y extranjera—, el empleo, las nuevas tecnologías y la vinculación hacia los mercados mundiales. Esto es apenas una pequeña muestra de las bondades que un clúster representa para un territorio en particular.

Al respecto, Michael Porter, que define al clúster como una agrupación de empresas (…) pertenecientes a un mismo sector (…) que se encuentran próximas geográficamente y que colaboran para ser más competitivas propone entender que en ellas se genera la elaboración de productos de clase mundial, la aplicación de tecnologías sofisticadas, la distribución y comercialización internacionales para abastecer la demanda de las principales industrias en cualquier parte que se requiera. En esta perspectiva y considerando su valoración estratégica, para la Secretaría de Economía la visión de los clústers contribuye a promover las cadenas globales de valor y por lo tanto su integración en los principales rubros de la economía internacional.

Entre las principales industrias de este tipo se encuentran las que corresponden al sector aeronáutico. De acuerdo con ProMéxico, esta modalidad industrial está presente en entidades como Chihuahua, Nuevo León, Sonora, Baja California, Coahuila, Querétaro y Jalisco. El sector incluye varias actividades (representativamente mantenimiento, ensamble y manufactura) que sobresalen mundialmente por sus cualidades competitivas. Cabe agregar que éstas son prácticamente únicas a nivel nacional y en toda la región de Latinoamérica, en donde el estado de Querétaro es el quinto más importante y atractivo de orden mundial.

Vale la pena mencionar que las directrices que tiene este sector están enfocadas a resaltar la innovación, sustentabilidad y desarrollo de la industria, considerando también la formación de capital humano de primer nivel, así como la atracción de inversiones y vinculación internacional que le permite mantener una gran conectividad con los productores y oferentes de servicios de este ramo.

Por otro lado, el clúster aeronáutico, ha tenido un desenvolvimiento muy dinámico y ha posicionado a México —según la firma KPMG— entre los 10 principales países en el mundo en este ámbito. Ahora bien, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, Baja California, Chihuahua y Sonora lideran nacionalmente el sector. Por otra parte, Querétaro se ubica en la posición número cuatro a nivel nacional (tomando en cuenta el número de empresas) y se enfatiza que alrededor de 75% de los participantes de esta industria está asentada en la región del Bajío. Del mismo modo, se ha estimado que por la dinámica competitiva que se desenvuelve en esta esfera de producción, tan sólo Querétaro ha captado, cerca de 85% del total de la inversión extranjera en el sector.

Todo esto representa una variedad de alternativas muy favorables que se seguirán obteniendo al paso del tiempo. En los próximos años, el sector aeronáutico, además de destacar por esta prometedora expectativa, seguirá fuerte con la atracción de inversiones extranjeras, la innovación, la producción y otras actividades propias.

Con toda seguridad México seguirá figurando en la demanda futura del ramo, toda vez que la Asociación Internacional del Transporte Aéreo estima que hacia los años 2040-2045 se requerirá producir cerca de 40, 000 aviones para impulsar el crecimiento de las unidades en operación en todo el mundo. Una parte significativa de lo que se produzca en el sector tendrá el sello Made in México.

Académico de la Universidad del Valle de México Campus Querétaro 

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