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El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía mexicana no crecerá más de 3% en la administración de Enrique Peña Nieto, pues se expandirá como máximo 2.8% y será hasta 2018.

Analistas coinciden en que las reformas van a tardar más tiempo en madurar y serán necesarios nuevos cambios estructurales.

México ha registrado un crecimiento económico promedio de 2.5% anual en los últimos 30 años.

De acuerdo con pronósticos del FMI, el crecimiento promediará 2.3% en la administración de Peña Nieto (2013-2018), apenas arriba del 2.2% con Calderón y Fox, pero será el menor para un gobierno priísta desde la gestión de Miguel de la Madrid.

En opinión de Mario Correa, economista en jefe para México de Scotiabank, las reformas estructurales han tenido un proceso lento de implementación, en especial la energética, que tenía el mayor potencial de crecimiento económico.

“Las reformas estructurales le van a cambiar la cara a la economía mexicana en los próximos años, pero va a tardar más tiempo”, opinó.

Para José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, el gobierno y varias instituciones sobreestimaron el impacto de las reformas en el desempeño productivo.

Dijo que las reformas no están diseñadas para afrontar la coyuntura actual, pues México enfrenta un problema de baja productividad.

De la Cruz consideró que la economía mexicana tiene potencial para crecer 5% o más, debido a su tamaño y empresas, así como sus fuertes vínculos con el comercio exterior.

Opinó que para crecer 5% se requieren hacer los ajustes correctos a las finanzas públicas y que la economía de Estados Unidos presente mejor desempeño, pero especialmente que se generen cambios estructurales que impulsen la capacidad productiva del sector privado en el país.

“Las perspectivas del FMI sugieren que serán necesarias nuevas reformas estructurales, porque las que se aprobaron no tendrán el empuje esperado”, expresó el experto.

Alejandro Cervantes, economista senior de Banorte, consideró que el gobierno fue muy optimista sobre el impacto de las reformas en el crecimiento, pero también influyó el entorno internacional adverso, particularmente en la energética.

“Las reformas darán los beneficios esperados en el crecimiento, pero va a tardar más tiempo”, concordó.

Cervantes coincidió en la necesidad de una nueva oleada de reformas estructurales, principalmente en términos de transparencia y seguridad, para elevar significativamente el crecimiento potencial.

Para Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis de Vector, el gobierno esperaba que los agentes económicos se iban a adaptar más rápidamente a las nuevas reglas provenientes de las reformas estructurales, pero hubo eventos coyunturales que retrasaron la implementación, como el desplome de los petroprecios.

Coincidió en que las reformas van a expandir el ritmo potencial de México, pero va a tardar más tiempo.

Rafael Camarena, economista senior de Santander, expuso que los beneficios de las reformas estructurales se van a demorar debido a las condiciones actuales.

El choque petrolero, vía producción y precios, su impacto en las finanzas públicas y en el proceso de implementación de las reformas, además del entorno internacional adverso, son los principales factores que han frenado el crecimiento económico en el sexenio actual, dijo.

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