Un estímulo a las inversiones que lleve a que éstas representen 30% del PIB permitirán a México tener crecimientos sostenidos superiores a 5%; sin embargo, esa cifra está lejos de alcanzarse porque si bien este instrumento pudiera ser el principal motor del país, a la fecha “no funciona”, afirmó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

El debilitamiento de la inversión pública se ha convertido en un factor que limita el crecimiento y del bienestar, toda vez que por esa vía se puede detonar la inversión privada, precisó el organismo.

Pero, con las actuales condiciones de actividad productiva “es evidente que el consumo privado y la inversión tanto pública como privada, requieren de un estímulo que lleve al país a crecer a un ritmo mucho más alto que el actual”, dada la capacidad que tendrá la entrada de capital para generar empleos de calidad, afirmó en el Análisis Económico Ejecutivo semanal.

Si se quisiera alcanzar niveles sostenido por arriba de 5%, uno de los principales objetivos del próximo año tiene que ser “hacer más eficiente la inversión pública, de tal manera que la privada tenga mayor incentivo y seguridad jurídica”, explicó el CEESP que dirige Luis Foncerrada Pascal.

No obstante, desde hace tiempo las cifras indican que los niveles de inversión no han llegado a niveles de 30% del PIB, solamente en 1981 la inversión total superó 25%.

Pese a que la inversión pública tiene la capacidad de generar una mayor actividad productiva, al primer trimestre de este año registró su nivel más bajo desde 1946, luego de reportar un nivel de 3.7% del PIB.

En tanto, la inversión privada representó 17% del PIB, porcentaje superior en un punto porcentual respecto a igual lapso del año pasado, aunque inferior en nueve décimas en comparación con el dato del trimestre previo.

Incluso, el consumo privado registró alzas mayores a la inversión en el primer trimestre del año, aunque “pese a la mejora (del mercado interno), no es lo que requiere el país”, dijo el CEESP en el documento.

Por ejemplo, detalló el organismo, hay una precarización del mercado laboral, “como consecuencia de la incapacidad que tiene el sector productivo de crear nuevas plazas de trabajo de calidad”.

Hay dificultad para crear empleos, lo que se observa con la reducción de la población ocupada equivalente a 17 mil 734 puestos de trabajo en el primer trimestre. Además de que las cifras del Seguro Social no reflejan “la situación real del entorno laboral”, porque solamente se concentran en el sector formal y no necesariamente de nuevos puestos de trabajo.

Es evidente que las inversiones ayudarán a crear los poco más de 12 millones de puestos de trabajo que requiere el país, revertir los niveles de pobreza, mejorar el nivel educativo, de salud, de innovación tecnológica, de seguridad pública, entre otros.

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