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El pasado 27 de enero, Tiger Woods jugó su última ronda dentro del PGA Tour, el Farmers Insurance Open. Con una tarjeta de cuatro golpes sobre par, no pasó el corte.

Mañana, el Tigre regresa a los campos, en el Hero World Challenge, después de un 2017 plagado de lesiones y complicacones personales, que lo llevaron a rehabilitación.

“Disfruto de la vida otra vez”, declaró Woods ayer en Bahamas. El 14 veces campeón de Masters no se veía tan sonriente desde 2013, cuando ganó su último título dentro del Tour.

Tiger ya no siente dolor en las piernas, brazos o espalda; puede dormir y, mejor aún, pegar con el drive más de 300 yardas durante la práctica.

Después de ausentarse todo 2016 tras una cirugía de espalda, tuvo que someterse a otra intervención quirúrgica en abril. Durante su recuperación decidió mantener un perfil bajo. Sin embargo, en mayo fue detenido por la policia en Jupiter, Florida, al ser encontrado inconsciente dentro de su Mercedes S65 AMG.

La imagen de Tiger Woods preso y con la mirada perdida representó lo que parecía el fin de una carrera golfística llena de éxitos.

El ex número uno tomó esa mala experiencia para preparar todavía mejor su regreso.

Lo primero que hizo fue declararse culpable por conducir irresponsablemente, entrar a un programa de rehabilitación para controlar su problema con medicamentos y conversar con sus médicos para sanar más rápido su espalda.

A finales de agosto, Tiger (actualmente ubicado en el sitio mil 199 en el ranking mundial) comenzó a golpear bolas con swings cortos y con poca potencia; el proceso tenía que ser lento y llevarse con calma.

El tiempo llegó para Woods, ya con 41 años de edad y ante una nueva generación de golfistas, encabezada por Justin Thomas y Jordan Spieth.

El Hero Challenge es el escenario perfecto para que el jugador retome confianza, ya que el certamen, a pesar de que cuenta como oficial en el PGA Tour, es organizado por la Fundación Tiger Woods y todas las ganancias son donadas para caridad. El campeonato es conformado por 18 jugadores seleccionados por la organización.

“Denme tiempo”, adviritó el Tigre ayer. “Llevo un mes jugando bien, nada más. Déjenme jugar este torneo a ver qué es lo que puedo hacer”.

Woods aseguró que la espalda ya no sería problema; sin embargo, está consciente de que la falta de ritmo le costará y deberá ser paciente con él mismo.

El californiano suma 79 títulos en su carrera dentro de la máxima categoría, a tres victorias de Sam Snead, la leyenda con más coronas en el PGA Tour. Tiger también es segundo en la lista de Majors obtenidos, con 14. Sólo Jack Nicklaus tiene más, 18.

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