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Los Juegos Olímpicos de México 1968 entregaron las primeras medallas de la justa.

En atletismo, los kenianos y etíopes iniciaron una era en las carreras de fondo. El keniano Neftali Temu se consagró campeón olímpico de los 10 mil metros planos y el etíope Mamo Wolde, subcampeón; el tunecino, Mohamed Gamoudi, medalla de plata en Tokio 1964, fue relegado al tercer puesto.

Gamoudi superó en los últimos 100 metros a nuestro representante, Juan Martínez, quien con un gran corazón, consiguió un histórico cuarto lugar.

A la mitad de la prueba, Clarke comenzó a relegarse, al no acoplarse a la altitud de la Ciudad de México, como los atletas africanos; terminó en sexto lugar. Posteriormente, Kipchoge Keino, otro de los favoritos a vencer, abandonó a los 8.9 mil metros, por problemas estomacales.

El mexicano, quien contó con un apoyo sin igual por parte de los más de 60 mil aficionados que abarrotaron el estadio Olímpico, se convirtió en el primer atleta del país que ocupa un lugar en una final de pista.

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