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Rickie Fowler arranca la temporada 2017-18 en el OHL Classic de Mayakoba. El estadounidense, número 10 del ranking del PGA Tour, aprovecha el Caribe para buscar los nuevos objetivos en su carrera.

El californiano tuvo un buen comienzo de año, al conquistar el Honda Classic en Florida —su último trofeo ganado—. Después de un mes de descanso, está listo para regresar a la actividad. Será su primera participación en el campo de El Camaleón, donde también aprovechó para disfrutar de la playa con su novia, y ahora enfrenta el desafío de ser el máximo favorito para llevarse la corona.

“Tengo muchas expectativas”, aseguró. “Se ve un campo en gran estado; muy divertido y demandante desde el tee. Debo tener un arranque sólido”.

El último campeonato en el que Rickie participó fue la Presidents Cup, que cerró el 1 de octubre; desde entonces no ha estado en otro campo dentro del PGA Tour.

“Por fin tengo la oportunidad de regresar y es en una fecha exacta, porque quería estar en un torneo entre Presidents y el torneo de Tiger Woods [Hero World Challenge, en Bahamas]”, subrayó Fowler.

Es la segunda ocasión que el norteamericano viene a jugar a nuestro país. En marzo, estuvo en el World Golf México Championship, en el Club Chapultepec, donde terminó en sexto con una tarjeta de 12 golpes bajo par.

“Vengo de una buena temporada… en la mayor parte”. La insatisfacción del estadounidense se debe a que ha quedado corto en los torneos importantes, como los Majors. Su mejor resultado en un grande este año fue un undécimo lugar en el Masters de Augusta. Rickie no se ha tomado mucho tiempo para recapacitar su estrategia para esta nueva campaña, ya que ha estado poco tiempo en los campos y más en el gimnasio.

“Hay una línea delgada entre terminar décimo en un Major y pelear por la corona, la diferencia puede ser un putt”, enfatizó.

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