Buenos Aires.— La novedad de la Fórmula Uno para este año no es técnica, ni tiene que ver con un cambio de piloto o un nombre rutilante; es el halo, el polémico dispositivo de seguridad que hará su aparición en el Gran Circo.

La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ratificó su uso a partir de esta temporada en la máxima categoría, que arrancará el fin de semana con el Gran Premio de Australia.

Sin embargo, y pese a que la seguridad es un asunto prioritario en la parrilla, las partes —autoridades, pilotos y equipos— están lejos de ponerse de acuerdo al respecto.

La nueva estructura, abierta y al parecer liviana, se fija en la parte delantera del automóvil, justo frente al rostro de los volantes, y funciona como resguardo ante el posible golpe de objetos. Su introducción pone fin a un larga discusión tras probar durante cinco años distintos sistemas, entre ellos el conocido como shield.

Pero algunos pilotos no encuentran sentido a la medida. Afirmaron que molesta en la visibilidad, altera el espíritu original y tampoco es garantía absoluta de seguridad.

“Esto no me a va proteger si vuela un objeto. No entiendo para qué lo necesitamos”, protestó el año pasado el piloto holandés Max Verstappen, de Red Bull.

“La seguridad siempre irá primero”, replicó Sergio Pérez, quien se convirtió en papá el año pasado.

Fernando Alonso recordó que la muerte de Henry Surtees o Justin Wilson pudieron evitarse.

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