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El circuito del Autódromo Hermanos Rodríguez está en perfectas condiciones, a pesar de que la superficie de la Ciudad de México es difícil de mantener.

“Uno de los retos más importantes es el agua. Estamos encima de un lago y construir sobre esa superficie es muy complicado, especialmente una pista de Fórmula Uno, ya que tiene requerimientos de una planicie impresionante y que no puede tener hundimientos”, explicó Christian Epp, encargado de la pista en el regreso de la F1 a nuestro país, en 2015.

Después del sismo del 19 de septiembre, se cuestionó el estado del circuito capitalino, que ha sido sede de los últimos tres Grandes Premios. Epp confirmó que no sufrió el más mínimo daño.

Desde el inicio de la remodelación de la ruta, se han tomado todas las precauciones para el cuidado de la misma.

“Existió una garantía para la pista de dos años. Ya llevamos tres y no hemos necesitado mantenimiento masivo, y esperemos que pase más tiempo así”, dijo el representante de Tilke Latinoamérica, durante la presentación de los cambios que ha experimentado el AHR en las tres distintas etapas de la F1 en el país.

El circuito tricolor recibió a la máxima categoría del automovilismo, por primera vez, en 1963; la segunda etapa llegó en el 86, y regresó hasta 2015.

Para este milenio, F1 exige más seguridad para los pilotos, un desafío más para los ingenieros, porque las velocidades aumentaron, para un mejor espectáculo.

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