Regresa la Selección Nacional después de casi 11 meses de ausencia, para enfrentar a Guatemala en un amistoso que —para algunos— pudiera ser una pérdida de tiempo, pero otros, como , lo ven como una oportunidad única en la vida y quiere aprovecharla. El joven delantero está consciente de que en su espalda puede estar el futuro del Tricolor, y no, no se arruga, no se asusta. Aunque es difícil decirse el nuevo “matón” del equipo mexicano.

“Todo llegó muy rápido”, dice el joven cementero, de apenas 19 años de edad en entrevista para Azteca Deportes. “Estoy viviendo un sueño, esa es la realidad, pero tengo claro que quiero hacer historia con la Selección”. La oportunidad puede llegarle esta noche, cuando la Selección Mexicana se reactive.

Oportunidad de oro para una generación que, ahora sí, quiere ser la protagonista de un verdadero cambio a todos los niveles, pero sobre todo en lo que a resultados se refiere. “Podemos cambiar esta historia... Podemos cambiar el pensar nada más en el quinto partido, ir por algo más; esto lo he comentado con mi hermano [JJ] Macías... Podemos mostrar otra cara de lo que es el futbol mexicano”.

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Admite que, al ponerse la camiseta de la Selección Nacional, “la presión crece, pero que quede claro que voy a defender estos colores a muerte”. Con la verde, Giménez se entusiasma, quiere comerse el mundo, “no quiero perderme nada. Viene el Preolímpico, viene el Mundial Sub-20, la Copa Oro... Quiero estar presente en todos lados”.

Aclaró que jugará por México, a pesar de que Argentina le esté coqueteando: “Siempre lo he pensado así, soy leal, aquí es donde me quiero quedar”.

Hijo del Chaco Christian Giménez, Santiago dijo que su padre es a quien más admira y ahora que él está en la cancha, su progenitor siente los nervios “que nosotros vivimos cuando él jugaba. Pero es algo lindo que me vea. Me da muchos consejos y yo los sigo, es a la persona que más admiro”. Hora de honrarlo en la cancha.

 

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