Para muchos, el tener 24 años es el inicio de la vida profesional.

Para el futbolista, en este mundo globalizado, es quizá, una oportunidad de recuperarse del fracaso y volver a comenzar.

Así parece ser para Walter Montoya, el nuevo 10 de Cruz Azul, quien apenas a sus 24 años de edad, ya fue a Europa y ya regresó a América.

Y aunque muchos esperarían que estar en México es su oportunidad de revancha, tiene otro objetivo en su mente: “Vengo a hacer historia con el Cruz Azul”.

Así es su corta biografía: Jorge Griffa, el famoso descubridor de talentos en Argentina, y que pasó sin pena ni gloria por México, lo vio jugando en las calles de su pueblo natal: Machagai, en la región del 'Chaco', sí, igual que Christian Giménez, para después de tenerlo en equipos pilotos, llevarlo a las fuerzas básicas del Rosario Central.

Y lo demás ya todos lo conocen, se volvió figura con los Canallas, lo que lo llevó a ser fichado por el Sevilla de España, donde no jugó.

Ahora está en México.

“Tengo 24 años, estoy bien. La vida del futbolista es rápida”, comenta el joven de fácil sonrisa, quien no tiene remordimientos por su paso en el Sevilla, equipo en donde en poco menos de seis meses, apenas acumuló 186 minutos en La Liga, en cinco juegos; además de dos participaciones, 68 minutos, en Liga de Campeones. En minutos, 254, no completó ni los tres partidos.

“No hay enojo con nadie. Saqué lo mejor de mi paso por el Sevilla. Mucha experiencia, mucho aprendizaje. Estoy tranquilo, vengo para trabajar y hacer lo mejor”, dice.

Su misión principal, hacer historia cementera, mas para cumplir las promesas, hay que comenzar a mostrarse. Los primeros minutos del Chaque, que no Chaco, en México, no impresionaron a nadie.

Pero se siente feliz en lo grupal. “Contento porque el equipo ya necesitaba una victoria”. Y en lo particular: “Como vayan transcurriendo los partidos, conoceré más la liga”, dice después de haber jugado 64 minutos en contra del Guadalara.

“No me ha costado mucho adaptarme, más que nada, porque me han recibido muy bien”.

Poco a poco se verá su mejor versión: “Me siento más cómodo. Lo mejor es que ya jugué. Quedamos en que estaría en la cancha entre 50 y 60 minutos, me hizo bien para agarrar ritmo, hace mucho no jugaba un partido oficial”, el último fue en septiembre pasado con el Sevilla ante el Girona, donde actuó por 77 minutos.

De ahí, hasta el domingo pasado, en la primera victoria de la era de Pedro Caixinha con Cruz Azul, ante el Guadalajara. “Se necesitaba el triunfo. Se jugó bien todo el segundo tiempo, pero falta mucho para lo que queremos”.

Lo mejor de ganar “es que te deja trabajar mucho más tranquilo, hay que acostumbrarse a ganar, así no perderemos ningún tipo de ventaja”.

Seguramente se le verá en el campo hoy contra el Puebla en la Copa MX, para que se acople más rápidamente al futbol mexicano: “Siento que te dan más espacio. En el segundo tiempo se hace otro partido, el juego se hace mucho de ida y vuelta”.

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