El trofeo de la Copa del Mundo estuvo en Costa Rica por tercera ocasión, como parte de una gira alrededor de 51 países y fue levantada por el presidente del país, Luis Guillermo Solís, y por el ex futbolista francoargentino David Trezeguet, embajador de la FIFA y campeón mundial en 1998. Y la próxima semana estará en México .

“Viva Costa Rica ”, gritó el presidente Solís en un discurso en el que destacó el progreso futbolístico que le ha permitido a la selección de su país clasificarse a cinco mundiales, incluido el de Rusia 2018.

En un acto oficial llevado a cabo en la base del Ministerio de Seguridad en el aeropuerto Juan Santamaría, el más importante del país, Trezeguet afirmó que el balompié es un deporte que une a la gente.

“El futbol une sentimientos, pasión, amor y a las clases sociales, que es lo más importante”, afirmó el campeón mundial.

Sobre Costa Ric a, el ex delantero aseguró que “ya no es más una promesa, sino una realidad” y que muestra de ello fue el Mundial de Brasil 2014 en el que los ticos alcanzaron por primera vez los cuartos de final, fase en la que fueron eliminados por Holanda en la tanda de penaltis.

Trezeguet firmó y entregó al presidente Solís el balón oficial del Mundial y el mandatario rompió el estricto protocolo de la FIFA para poner la pelota en el suelo e intercambiar unos pases con el francés.

El momento cumbre del evento fue cuando Trezeguet procedió a entregar el trofeo de la Copa del Mundo al presidente costarricense, quien lo levantó con júbilo y lo mostró a los numerosos medios que estaban en la sala.

El trofeo sólo puede ser levantado por campeones mundiales y por presidentes, según indicaciones de FIFA.

El trofeo del Mundial fue diseñado por el italiano Silvio Gazzaniga en 1974 y está valorado en al menos 200 mil dólares; es de oro macizo de 18 kilates y pesa 6.18 kilogramos, además tiene 36.8 centímetros de altura y representa a dos atletas enlazando al mundo en el momento de la victoria.

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