Los Vikings enfrentan esta tarde su primer desafío en el camino rumbo a los Playoffs para jugar el Super Bowl en su casa, el US Bank.

Se habla mucho de las altas posibilidades que tiene Minnesota para ser la primera franquicia en disputar el trofeo Vince Lombardi en su propio estadio. Aunque primero debe derrotar al veterano Drew Brees y los Saints de Nueva Orleans.

El experimentado quarterback no está solo en la ofensiva, como estaba acostumbrado en el último par de años. Los corredores Mark Ingram y Alvin Kamara son las razones por las que Brees juega con un brazo casi “nuevo”, con 38 primaveras y 16 temporadas como profesional.

La semana pasada, en la ronda de comodines, Nueva Orleans sacó el resultado ante los Panthers de Carolina.

Minnesota aprovechó la primera fecha para descansar y trabajar en cómo lastimar a Saints.

Case Keenum, quarterback suplente del equipo al comienzo de la campaña regular, debuta en una postemporada después de cinco años y un paso por cuatro franquicias.

La agilidad del pasador dentro de la línea de golpeo ha caído de maravilla en el conjunto del head coach Mike Zimmer.

La última vez que los Vikings disputaron los Playoffs en casa fue apenas hace un par de años, frente a Seattle. Blair Walsh falló un gol de campo de 27 yardas, cuando solo faltaban 22 segundos en el cronómetro.

Fue el último partido del pateador con el equipo y del TCF Bank Stadium.

Minnesota estrena casa en la postemporada, el US Bank, un inmueble que costó mil 61 millones y que será sede del Super Bowl el próximo 4 de febrero.

La franquicia del norte de Estados Unidos espera regresar en tres semanas a su estadio, ya que la final de la Conferencia Nacional se disputará en el Lincoln Financial Field, hogar de los Eagles de Filadelfia.

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