Eso me dijeron hoy y eso le digo siempre a mis pacientes. Todo cuenta cuando hablamos de calorías (ingeridas y gastadas).

Resulta que nadie toma en cuenta los “poquitos”, para bien y para mal. Si suben dos pisos por escaleras gastan más que si los suben en elevador, es poco pero es algo. Si le pones una pizca de azúcar al café, es poco pero es algo.

De todos esos poquitos no nos damos cuenta (o hacemos como que no cuentan) y a la mera hora no entendemos (o hacemos como que no entendemos) por qué no alcanzamos los objetivos que estamos buscando.

¿Has pensado cuáles son “tus poquitos” en la comida? Una tortilla más, un poquito más de fruta, 15 almendras en lugar de 10, café con un chorrito de leche, tantita cajeta o nutella en el pan, una mordidita de galleta, una puntita de pastel, nomás un puñito de palomitas o un par de papitas para el antojo, un pelín de mermelada o mayonesa, un par de totopos o un pedacito de bolillo, tantito aderezo y un par de tragos de refresco. ¿Alguno de estos te suena? Un poco más de poquitas cosas se convierte en un poco más de calorías en nuestra dieta diaria.

En el ejercicio puede ser en las dos direcciones, para gastar más o para gastar menos. Es decir, ahorrarte la fatiga de subir por escaleras pudo haberte ayudado a quemar 25 calorías. Esos 10 minutos que ya no terminaste en la elíptica, esas dos cuadras que decidiste ir en coche en lugar de caminar, ese lugar de estacionamiento cerca de la puerta para caminar menos… qué se yo. Tantos ejemplos de “ahorros de energía” que no tienen sentido, que deberíamos de no hacer porque si algo tenemos en la dieta occidental (y más la mexicana) es energía, en forma de calorías, para quemar. No hay razón alguna para evitar gastar.

Así pues, van pasando los días en los que no usaste las escaleras pero le pusiste crema a tu tostada, no fuiste al gym pero cenaste con una copa (o dos) de vino, van 5 días que en lugar de ir caminando a donde solías ir, vas en coche pero van esos mismos cinco días, o más, que como ya no hay yogurt sin azúcar o leche sin grasa en casa comes las versiones normales. Van muchas semanas que no vas a jugar futbol con tus amigos porque han cambiado esa tradición para reunirse en unos tacos que están súper buenos y en donde comes “sólo dos tortillas de más o una cerveza”.

Todo parece poco, pero de a pocos se hace mucho y al paso de los años te encuentras con que has ganado 10 kilos y no te diste ni cuenta. De a probaditas y ahorraditas resulta que hoy tu médico te dice que tienes que perder peso porque tus niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos están completamente descontrolados. Que susto, jamás te imaginaste que algo así podía pasar y te pasó.

Me he encontrado con pacientes que ni siquiera tienen claro cuándo dejaron de hacer ejercicio o cuándo comenzaron a quedarse en casa viendo tele en lugar de salir a caminar.

Es muy impresionante, nos pasa a todos. De poco en poco estamos siendo lo que siempre pensamos que no queríamos ser, de pronto comemos como sabemos que no debemos y como dijimos que no queríamos.

¿Cuál es la buena noticia? Que se puede revertir. Te invito a que HOY hagas un diario de todo lo que comes (porciones grandes, medianas, pequeñas o minis) todo. Escribe ahí también qué tanta actividad física tienes durante el día. Creo que es la única manera en la que podrás darte cuenta de lo que realmente estás haciendo.

Si quieres puedes escribir siempre, si no, con tres o cuatro días podrás enterarte cómo va la cosa. Hazlo y verás que no te arrepientes, te vas a dar cuenta que estás haciendo cosas que pensaste (una vez más) que jamás harías.

Google News

Noticias según tus intereses