Hace cien años los funerales en la CDMX eran con procesiones en las calles hasta el panteón más cercano. Era costumbre leer un discurso ante la numerosa concurrencia que acudía a dar el último adiós a la persona fallecida. Con el crecimiento de la capital y, sobre todo, desde hace un par de años con la Covid-19 estas tradiciones también han cambiado