El frío llegó de modo  inesperado, al menos para mi. Después de dos pequeñas gripas me di cuenta de que el inverno y la natación estaban haciendo estragos en mi sistema inmune.

Trato de entrenar en una alberca olímpica (50m) que está descubierta porque la verdad es que las albercas pequeñas y cubiertas me desesperan. Estar al aire libre da una perspectiva diferente al entrenamiento y al día completo.

Sucede entonces que con estas mañanas frías salir a entrenar, sobre todo a nadar en una alberca expuesta a los pocos grados centígrados con los que está amaneciendo la ciudad, se ha vuelto un verdadero sacrificio. Levantarse a las 5:30 de la mañana para meterse a la alberca a las 6:30 es un ejemplo épico de poder mental, por lo menos del mío. No me gusta, entonces en lugar de disfrutar comienzo a padecer en entrenamiento y eso sí, no va con mi manera de ser y de pensar.

Soy de las que cree que el ejercicio es para disfrutar y que si  lo haces a la fuerza, algo estas haciendo muy mal.

Entonces ¿De qué me he dado cuenta? De detalles que me han hecho las gélidas idas a nadar un poco más sencillas. Te las comparto porque estoy segura de que te van a ayudar para que no te detengas este invierno…

Regla #1, necesitas una parca. Si, una buena parca o chamarra especial para natación puede hacer la diferencia entre entrenar un día o todo el invierno. Si llegas bien cubierto a la alberca y al salir te cubres de inmediato te va a ir mejor.

Regla #2, si puedes esperar a que salga el sol, hazlo. Si no tienes que nadar de madrugada, en cuanto sale el sol la temperatura aumenta y todo será más fácil.

Regla #3, en cuanto te eches a la alberca, nada. No te quedes en la orilla platicando, arreglando tu gorra o tus goggles ni programando tu reloj. Al tocar el agua, ponte en movimiento para que entres en calor lo antes posible.

Regla #4, mantente en movimiento. Todo el tiempo nada, muévete. Si te detienes te enfrías y si te enfrías es muy probable que te enfermes o acalambres.

Regla #5, bebe muchos líquidos. Puede ser agua al tiempo o té calientito para que te ayude a mantener la temperatura corporal. Lo que es fundamental es que te hidrates antes, durante y después del entrenamiento.

Regla #6, abrígate. Saliendo de nadar date un baño con agua tibia y abrígate bien. El que sientas la piel calientita no significa que por dentro tu temperatura sea la misma. Si puedes sécate bien el cabello y ponte una bufanda que te cubra pecho y espalda.

Regla #7, vaselina. Cubre tus orificios nasales con vaselina para que tengan menos contacto con el aire y agua fríos.

Regla #8, come. Inmediatamente después de entrenar debes comer algo caliente y/o que aporte calorías (que generan calor). Un cuadrito pequeño de chocolate, un poco de miel o algo con azúcar te ayudará a aumentar tu temperatura corporal. Café, te, leche o cualquier bebida tibia son otra buena opción.

A pesar del frío… ¡sigue nadando!
A pesar del frío… ¡sigue nadando!
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