Eso hemos escuchado desde que somos pequeños, de hecho, yo lo he repetido muchas veces aquí en mi blog, en consulta, en casa y en mi mente. Pero ¿qué tipo de desayuno es el que tengo en mente cuando hablo del tema? Eso es de lo que vamos a platicar hoy.

Resulta que ayer en el consultorio tuve una interesante conversación sobre el tema. Mi paciente me dio tres ejemplos de desayunos habituales de quienes tenemos un estilo de vida complicado porque trabajamos, cuidamos hijos, los llevamos a la escuela y hacemos cientos de cosas todos los días y desde muy temprano. Me dijo que pan de dulce y café, tamal (solo o en torta) con atole o un jugo grande es lo que se suele entender como desayuno. Y eso, para quienes desayunan.

La verdad es que me dejó pensando.

Creo que como especialistas quizá no nos hemos tomado el tiempo para explicar a qué nos referimos cuando decimos “hay que desayunar”.

Creo que hablar de alimentos buenos y malos es un error, decirle a los demás lo que deben hacer y cómo deben hacerlo es pretencioso, así como suponer que todos tenemos acceso a lo mismo… todo esto es vivir en un mundo paralelo.

He visto cientos de dietas, post en redes sociales, imágenes; he escuchado especialistas y profesionales de la nutrición asegurar que todos podemos iniciar el día con un poco de fruta y un par de huevos con jamón. Nada más alejado de la realidad. No todos pueden, no todos tienen y no todos quieren.

¿Cuáles son las alternativas que propongo? Son básicamente dos: inicia tu día bebiendo agua sola (1 vaso) y si puedes elegir, aléjate del azúcar y la grasa. Lo que eso signifique. Puedes iniciar tu mañana con un poco de fruta, la de temporada siempre será la mejor alternativa. Si prefieres una tortilla con frijol o queso blanco o huevo preparado como más te guste. Un pan tostado, semillas, recalentado. Lo que quieras y puedas comer cuando te levantes será sin duda lo mejor.

Al recomendarte que te alejes de azúcar y grasa quedan entonces eliminados el pan dulce, los tamales, las galletas, el atole y refresco, cualquier antojito frito y todos los demás alimentos o bebidas que los contengan.

¿Por qué es esta mi recomendación? Por que ahora se sabe que azúcar no necesitamos y alimentos fritos o con grasa tampoco. El consumo de ambos puede complicar la salud cardiovascular y deivar en enfermedades crónicas de muy difícil atención y tratamiento (obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol y triglicéridos elevados).

El agua sola la recomiendo porque es lo que verdaderamente sirve para hidratar. Se muy bien que el café en la mañana para muchos es imperdonable, pero te recomiendo que antes de una taza de café (sin azúcar) bebas un vaso con agua. Ese sí debe ser un hábito de por vida.

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