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Moscú.— En las estadísticas finales de la FIFA, tras el debut mundialista ante Alemania, Guillermo Ochoa tuvo nueve atajadas, de las cuales la que hace en el tiro libre de Toni Kroos tuvo un alto valor para la Selección Nacional, por el álgido momento que vivía el equipo de Juan Carlos Osorio.

De inmediato, la memoria colectiva se trasladó al duelo ante los anfitriones en Brasil 2014, en el que detuvo un remate con la cabeza de Neymar, para ser considerado uno de los porteros más espectaculares de aquella justa. Cuatro años después, lo volvió a hacer, para impulsar a México a la victoria.

Y entonces regresó el reflector internacional... Pero “no trato de brillar por encima de nadie”, aseguró el portero mexicano.

Se trata de uno de los líderes de este equipo. Uno de los futbolistas que heredaron esa posición y tratan de honrarla más con lo que hacen en la cancha que con palabras o frases de las que son dignas de un encabezado en cualquier diario.

Ochoa juega su segundo Mundial. Por increíble que se lea, el segundo de una carrera que lo pondrá, en la historia, como uno de los arqueros mexicanos más influyentes, sobre todo tras aventurarse a buscar suerte en el futbol de Europa.

Cuatro partidos en Brasil y uno más en Rusia. Fue parte de la Selección en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, pero sin jugar.

“En esa jugada [la del tiro libre], estuve atento. Sabía que Kroos y [Mesut] Özil le pegan muy bien por arriba de la barrera; ahí la esperaba y llegué, pero eso es gracias a todo el equipo. Para lo colectivo es importante cumplir en lo individual”, recordó el tapatío.

Y se mantiene en el discurso de lo colectivo, con todo y que junto a Hirving Lozano, fue destacado en lo individual. Desde esa posición, manda anteponer el logro grupal al personal y asegura que esa tarde del 17 de junio de 2018, la “vamos a recordar por mucho tiempo”, aunque añadió: “Ahora tenemos que enfocarnos en lo que sigue, que es Corea del Sur”.

La buena labor del guardameta mexicano fue reconocida en todos los niveles. Para quienes no sabían del alcance de su calidad, ha sido una revelación, pero para quienes ya le conocían, se trata de la confirmación de una carrera que ha ido en ascenso, a pesar de las dificultades en su camino por el futbol europeo, en el que —pese a todo— se ha hecho de un lugar.

“Un arquerazo”, dijo —incluso— Diego Armando Maradona, al día siguiente a este partido ante los alemanes y refirió a los años de Memo con el América, cuando lo vio en la final de la Copa Sudamericana 2007, frente al Arsenal de Sarandí.

Los tricolores han encontrado nuevos objetivos y Ochoa encabeza esa búsqueda, aunque con mesura. Para lograr lo que se han propuesto, grita una mayoría, debería seguir como el portero titular y olvidar aquello de las rotaciones en la portería nacional. Por supuesto que el portero, como cualquier otro futbolista, quisiera jugar todos los minutos de la competencia, pero “lo importante es lograr la clasificación lo más pronto posible, y para eso hay que trabajar y ver hacia adelante, no quedarnos en lo que ya hicimos”, asume con calma.

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