Con “M” (de Mussolini), la trilogía de novelas históricas dedicadas al ascenso al poder del fascismo, la consolidación de una de las más férreas dictaduras del siglo pasado y de cómo Italia se vio arrastrada irremediablemente a la II Guerra Mundial, Antonio Scurati reconstruye de una manera fascinante, amena, muy documentada y con un interesantísimo énfasis en las emociones humanas como elemento central de la acción política, la tragedia que representó el periodo de veinte años (il ventennio) en el que la democracia italiana sucumbió al “encanto” del autoritarismo.

Más allá de las eventuales licencias literarias que se toma, Scurati reconstruye de manera informada y documentada, a partir de la perspectiva personal de los diversos personajes involucrados en ese terrible periodo de la historia italiana, un complejo tejido de episodios que, en conjunto, permiten una visión panorámica de las razones que provocaron la muerte de la democracia a manos de un líder autoritario (en su momento aplaudido y envidiado incluso por las naciones democráticas de la época).

En efecto, al cabo de cada uno de los breves capítulos que componen cada libro, el autor recoge una serie de citas tomadas de los apuntes biográficos de los protagonistas, de documentos oficiales, de notas periodísticas, de comunicados de prensa, de telegramas o cartas, o de discursos parlamentarios, entre otras fuentes, que no sólo sirven para enmarcar los pasajes narrados en la trama, sino también evidencian el serio trabajo de investigación y documentación histórica que está detrás de las novelas.

En el primer libro, M. El hijo del siglo, Scurati abarca el periodo que va desde el nacimiento de los Fasci di combattimento en la adunada de la Plaza del Santo Sepulcro en Milán el 23 de marzo de 1919, hasta la conmoción y la crisis política que ocasionó el brutal y artero asesinato del diputado socialista Giacomo Matteotti, adalid del antifascismo, a manos de los verdugos del régimen en junio de 1924. En este volumen Scurati evidencia, por un lado, cómo el odio, el rencor y el desencanto se convierten en un poderoso catalizador de la identidad política y, por otro lado, cómo la violencia, el amedrentamiento de los adversarios y el miedo que esos fenómenos conllevan son potentes armas de la acción política que caracterizó al fascismo (y que caracteriza, invariablemente, a todos los movimientos y gobiernos autoritarios, como el contexto actual lo corrobora).

Esos eventos ilustran de modo ejemplar cómo los autócratas suelen valerse de la democracia y de sus reglas para alcanzar el poder y desde ahí dinamitar la democracia; pero también muestran como la muerte de una democracia (parafraseando a John Keane) invariablemente, conlleva dos variables: la presencia de alguien (o de algunos) que actúa(n) para destruir la democracia —que en ese sentido es el culpable— y personas que por miedo, desidia, desinterés o indolencia, permiten que el primero cumpla con su cometido —que en ese sentido se convierten en responsables—.

El segundo libro, M. El hombre de la providencia, relata el periodo que va de 1925 hasta 1932, en el que Mussolini se consolida en el poder a partir de un incontestado e incontestable principio de autoridad: al Duce no se le cuestiona, se le obedece. El ejercicio autoritario del gobierno implica también una enorme soledad del dictador que no puede permitirse afectos y hace de las purgas (incluso de sus más leales colaboradores) un mecanismo para la consolidación del poder unipersonal y para evitar todo tipo de contrapesos (inevitables en un contexto de poder compartido).

Finalmente, la tercera parte, M. Los últimos días de Europa, narra el periodo que va de 1938 (a partir de la visita de Estado de Hitler a Italia), hasta la declaración de guerra que el 10 de junio de 1940 involucró a Italia en la segunda conflagración mundial al lado de la Alemania Nazi. Es la narración del ocaso del gran dictador del fascismo (que en su momento inspiró incluso a Hilter), reducido a una caricatura y convertido en una triste marioneta del canciller alemán que sumió al mundo en la mayor catástrofe de su historia. Es la reconstrucción de cómo el otrora maestro del uso del miedo como “pasión política” terminó siendo un rehén de este.

Se trata de una trilogía de novelas que cuentan una historia que tiene una serie de espeluznantes similitudes con lo que hoy estamos viviendo y que, por eso, vale mucho la pena ser leída.

Investigador del IIJ-UNAM.

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