¿Alguna vez has reflexionado cuánto dinero destinas a tu seguridad? ¿Te estacionas en la vía pública o prefieres pagar estacionamiento? ¿Le pagas al “viene viene” o te arriesgas a que le hagan algo a tu vehículo? ¿Vives en un fraccionamiento con seguridad o en una colonia? ¿Tu cuadra está organizada y le paga a un velador/guardia? ¿Tienes cámaras de seguridad en tu casa o negocio? ¿Estas conectado a un sistema de alarma? ¿Cuánto invierten las empresas en compañías de seguridad privada? Y podemos decir un gran etcétera.
Como ejemplo vemos cada día una “migración interna” de colonias a fraccionamientos privados, siendo el factor que hace la diferencia, tener el presupuesto para vivir con seguridad privada, es decir, en cuanto una familia puede financiar una casa dentro de un fraccionamiento o conjunto con seguridad, se cambia. ¿Cuantas personas deliberadamente eligen vivir en una calle “pública”, pudiendo pagar un espacio privado? El proyecto inmobiliario de hecho tiene plusvalía al consumidor cuando ofrece un espacio con seguridad. Y cuando no es viable el cambio, los vecinos se organizan en la medida de sus posibilidades para cerrar la cuadra.
¿Por qué los ciudadanos deben pagar extra para protegerse? ¿No es suficiente la seguridad pública? Te comparto algunas cifras sobre cómo esta presupuestado el gasto gubernamental para el tema de seguridad.
El gasto presupuestal federal de acuerdo a su función se divide a grandes rasgoz de acuerdo a la clasificación que hacen por parte de “Transparencia Presupuestaria”. Dentro de estas “funciones”, los rubros relacionados a la seguridad están en el apartado de “Gobierno”. En este apartado el 71% ($245,166.44 millones) se destina a la seguridad y el restante 29% a temas como relaciones exteriores, política, etc.
Esto quiere decir que del ppto total de la federación en 2017 (5,74 billones[1] de pesos), se destinó el 4.5% (71% del 6% del presupuesto total) a nuestra seguridad. ¿Suficiente? Si viéramos a México como una familia, el presupuesto se vuelve verdaderamente insignificante. Claramente la mayoría de nuestra población no destina dinero a temas de seguridad ya que no han podido salir del circulo de la pobreza, sin embargo en la clase media y clases superiores este recurso se vuelve de alrededor del 10-15% del ingreso familiar. Sin contar los impuestos, que deben usarse para que el Estado garantice nuestra seguridad. Es aquí donde duplicamos gastos como contribuyentes.
Regresando al presupuesto federal, si hacemos un acercamiento para ver cómo se compone veríamos que sólo el 17% se destina a las fuerzas de orden público, prácticamente la mitad al rubro de justicia lo cual es verdaderamente escandaloso, considerando que la eficiencia o dicho de otra forma la tasa de impunidad en nuestro país es de arriba del 90%.
Esto invita a preguntarnos otros temas como ¿Pagas seguridad privada? ¿Educación privada? En general los servicios que ofrece el estado son de tan poca calidad o eficiencia que prefieres “duplicar” tus costos para tener los servicios que nuestra constitución resguarda. Y si la respuesta es afirmativa, el estado entonces ¿cumple su función? o estamos en el borde del mito del estado como los clásicos liberales lo entendían y debemos reflexionar y repensar nuestros sistemas políticos y económicos.
Las instituciones son vitales para el adecuado desarrollo del estado de derecho, debemos continuar fortaleciéndolas, sin embargo debemos tener sistemas y contrapesos que protejan y garanticen que actúen de acuerdo al objeto para el cual fueron creadas.
En el México que nos buscamos debe de ser indispensable la participación social, achicar al estado tanto cuanto sea necesario y ensanchar la sociedad tanto cuanto pueda, es lo que se conoce como Subsidiariedad. Poniendo garantías mínimas y cuidando que la sociedad provea de servicios que el estado por su naturaleza no puede o no debe dar. Debemos hacer el ejercicio de dejar al Estado con las funciones necesarias para ver por el Bien Común, una institución “Lean”[2] en términos de administración de negocios donde el cliente es la ciudadanía.
Javier Bolio
@Xa_bo @ObsNalCiudadano
[1] Un billón es igual a 1,000,000,000,000.
[2] Modelo de negocio que busca reducir esfuerzo, recursos, tiempo, intervención humana para minimizar errores y maximizar resultados de acuerdo con la necesidades de los clientes.