Para María Angélica Luna Parra

Luchadora incansable

Un programa sin presupuesto no existe, sólo es una simulación o buenas voluntades. También un programa que funciona y al que se le disminuye casi el 50% de su presupuesto en 5 años da una señal de que se le quiere desparecer o el desprecio que se tiene ante el sector al que va dirigido.

Cada año enfrentamos la incertidumbre de los recortes presupuestales a lo que supuestamente no es tan importante o no importa, en este país lo una de las cosas que no importan pero de las que se habla en todos lados es de la sociedad civil organizada, aunque se dice que la sociedad civil es una sola (refiriéndose a una sociedad que sirve como contrapeso al gobierno e incluso al mercado, algunas veces), su misma heterogeneidad la hace de lo más diversa y no persigue objetivos comunes, pero de esto depende su misma riqueza, porque se conjugan puntos de vista de los más diversos en un espacio de negociación y conflicto en el que la deliberación es una cosa de todos los días. Lo anterior fortalece a la democracia y a las instituciones a través del diálogo continuo.

Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) en México son aquellas que se dan de alta en el Registro Federal de las OSC, lo cual implica que adquieren ciertos derechos y obligaciones con base en la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la Sociedad Civil creada en 2004 y de la que salió una iniciativa este año en el senado, pero que desafortunadamente su alcance se vio limitado por la oposición de algunos partidos. Para un análisis sobre la ley y sus desafíos.

Las OSC no buscan competir en contra del gobierno ni sustituir su responsabilidad, sino que son parte integral para el desarrollo democrático, un gobierno fuerte requiere organizaciones fuertes y viceversa, la apuesta a una sociedad civil organizada de calidad implica pensar construir una sociedad más activa que exija sus derechos, y como se mencionó, sirva como contrapeso y coadyuve al fortalecer a las instituciones gubernamentales.

La casa de las OSC en México es el Instituto de Desarrollo Social, ya que por medio de esta institución se conduce casi la totalidad de la política de fomento en el país (86% de la capacitación total a las organizaciones; 95% de las asesorías; 63% de los servicios). En cuanto al rubro de acciones de fomento en el rubro económico, el Indesol realizó 1,215 (de las 2,927 de toda la Administración Pública Federal), como parte de la Secretaría de Desarrollo Social; mientras que la SEP 411. Lo paradójico del asunto, es que la primera concentró el 3.51% de los de los montos asignados (también cabe destacar el porcentaje asignado al Instituto Nacional de las Mujeres, 1.18% y la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, 089% que al igual que el Indesol tienen programas serios de apoyo a las OSC en temas para la atención a Población Indígenas y Género), y la segunda el 55%.

En un artículo anterior describí el abandono que ha significado este sexenio para el programa de Coinversión Social y de Indesol en general con reducciones constantes en el presupuesto, a pesar de un discurso en el que la sociedad civil es fundamental con el famoso Compromiso CG-090: Promover el respeto y la inclusión con programas realizados conjuntamente con la sociedad civil organizada

Regresando a la SEP, el que reciba el 50% de los recursos de fomento no parecería un punto negativo en la medida en que se hicieran programas efectivos de Fomento a las organizaciones, sin embargo, el problema es que la mayoría de estos recursos se asignan a los llamados Organizaciones Cuasi Gubernamentales, que son brazos de la administración pública con el mote de OSC, lo cual distorsiona de manera importante, ya que equivale a casi 2 mil miles de pesos, distribuidos entre Instituto Nacional para la Educación de los Adultos  y la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, lo que equivale a más del 28% de los recursos del rubro económico.

Con lo anterior no quiero implicar que estas instituciones no necesiten de un presupuesto determinado, pero se deben asignar de otros rubros presupuestales y no los dedicados al fomento.

Otra de las críticas es que los recursos que se destinan a las OSC deben tener reglas de operación, con convocatorias que se difundan ampliamente, comités de dictaminación imparciales, publicación de resultados de la convocatoria con las OSC beneficiadas y los montos, evaluaciones periódicas una vez asignados los recursos, ejercicio transparente de los mismos.

Como he señalado Indesol es la institución guía en todo este proceso, seguida de Inmujeres y CDI. En la medida en que las diversas instituciones asignen los recursos y las mismas acciones de fomento manera discrecional o por presiones políticas, no estaremos avanzando en este rubro, por ello, al asignar sólo el 5% del presupuesto total a las tres instituciones antes señaladas, parecería que el gobierno apuesta por la opacidad y busca frenar el desarrollo de la sociedad civil que es fundamental para apoyar un esquema de gobernanza.

Dr. Pablo Armando González Ulloa Aguirre

Profesor Investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM

Miembro del Consejo Técnico Consultivo (CTC) de la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por las Organizaciones de la Sociedad Civil

@elblopa @ObsNalCiudadano

Incluso dentro de la Secretaría de Desarrollo Social la Unidad de Microrregiones, concentra el doble del recursos de la secretaría asignado en acciones de fomento en el rubro económico, el cual puede ser un programa interesante pero llama la atención que la Institución que sirve de guía a la política de fomento en el país, reciba tan pocos recursos.

Equivalente a 245,380 millones, este dinero se asigna al programa de Coinversión Social que es la insignia para el fomento de las OSC. Este año recibió 180 millones, de los 201,990,254 asignados, debido al recorte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para 2018 se contemplan 208,162,614.

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