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Hervey Franco es uno de los sobrevivientes del derrumbe del edificio de Viaducto Miguel Alemán, esquina Torreón. Trabajaba en la estética Glam Studio Hair & Nails, ubicada en la planta baja de la construcción de cinco niveles.

Él no estuvo entre los escombros, de hecho, se salvó de entrar al edificio y en el momento del temblor estaba a diez o quince metros de distancia de su lugar de trabajo.

Franco comenta que su madre, fallecida hace poco, fue su ángel de la guarda. “En lo personal me quedé con la vida, mis manos que aún pueden trabajar para recuperarme y una segunda oportunidad”, afirma emocionado.

El estilista agradece que tanto compañeros como clientes de la estética pudieron evacuar el edificio. Desgraciadamente, Franco —como es conocido por quienes le confían su cabellera— sabe que varios de los oficinistas que trabajaban en las plantas superiores no corrieron con la misma suerte.

“Normalmente la estética se abre de siete de la mañana a nueve de la noche, yo entré en el turno vespertino. Normalmente entro a la una de la tarde y ese día [19 de septiembre] se me hizo un poco tarde, llegué a la 1.09, una cosa así.

“Como llevaba el coche y al no encontrar lugar de estacionamiento, me quedé justo en la banqueta, frente a la entrada de la estética en lo que se desocupaba un lugar, ya tenía una clienta esperándome, tenía cita. Justo ese día estaba un taxi en la orilla de la acera y por eso no me quedé en ese lugar”, relata.

A Hervey le dio tiempo de estacionar su vehículo, antes de que empezara el terremoto.

“Lo estaba estacionando, me bajé del coche y caminé hacia la estética cuando empezó el terremoto, en eso se me ocurrió cruzarme hacia Viaducto. Estaba, literal, como a 10 o 15 metros ya de la estética cuando vi que se derrumba el edificio y se cayó completamente como acordeón, hacia abajo”, recordó el estilista.

Destacó que ese día fue una desesperación porque sintió ganas de poder ayudar a quienes estaban adentro del inmueble pero también había una cortina de polvo y no podía ver nada.

“Tengo un poco de tristeza porque este lugar era como mi segunda casa, creo que pasaba más tiempo ahí, trabajaba muchas horas en ese lugar, era mi único sustento, y ahora es un poco la incertidumbre”, expresa.

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