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Tijuana, BC.— La parálisis cerebral ha mantenido a Ángel de Jesús en una silla de ruedas y sin la posibilidad de convertirse en un ser humano independiente. Sin correr, sin caminar, prácticamente sin moverse.

En el caso de Ángel, quien es uno de los cientos de niños que reciben apoyo de Fundación Teletón, el movimiento de su cuerpo depende totalmente del apoyo de algún instrumento: una silla, por ejemplo, o los brazos fuertes de su madre, quien desde su nacimiento ha sido la muralla que lo sostiene y, como puede, le ha enseñado el mundo.

Ángel y su madre llegaron ayer a una de las entradas del Estadio Caliente en Tijuana, casa del equipo local de futbol Xoloitzcuintles, en el marco de la 21 edición del Teletón que se realizó este viernes y sábado.

Pero como ellos, otros cientos de personas también esperaban en la entrada del estadio. El motivo fue que por primera vez la ceremonia fue realizada en Tijuana, con transmisiones en vivo que también se vieron al otro lado de la frontera.

Para esta edición el cierre no sólo reunió a los niños con discapacidad del lado mexicano, también a menores de edad migrantes del otro lado de la frontera. El presidente de Fundación Teletón, Fernando Landeros, dijo que así como no debería haber fronteras, tampoco diferencias entre los niños. La idea de celebrar esta edición en una ciudad que colinda con otro país, dijo, no tenía otro mensaje más que decirle al mundo que hay tantos paralelismos entre la discapacidad y los migrantes, entre las razones por las que se discrimina y excluye a unos y a otros.

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