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Tras la muerte de la vaquita marina atrapada el fin de semana pasado, la captura de más ejemplares ha sido suspendida hasta que el equipo de expertos determine las acciones a seguir, informó Lorenzo Rojas Bracho, director del Programa Vaquita CPR.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Rojas Bracho explicó que los resultados de las necropsias realizadas al ejemplar de vaquita marina, que murió luego de ser capturada, tardarán dos semanas en estar listos, por lo que la captura de más ejemplares queda suspendida; por el momento no hay planes para realizar otra expedición el próximo año.

“Tenemos un panel internacional de revisores, se les envió un reporte con la sugerencia de suspender la captura, no sabemos si la reacción de esta vaquita sea producto de que sea una hembra vieja o así son todos los adultos, si es característica de las especie”, dijo.

“La experiencia parecería indicar que es muy difícil mantener a esta especie fuera de su hábitat; si tuviéramos 200 vaquitas y se nos mueren 10 tendríamos más, pero no nos podemos dar el lujo de agrandar el tamaño de la muestra para observar el comportamiento”, añadió.

Hasta el momento se sabe que la hembra capturada era mayor, debido a que su dentadura parecía gastada y las paredes de su útero eran muy gruesas, lo que indicaba que posiblemente llevaba dos años sin reproducirse, además tenía cicatrices de redes de enmalle; las necropsias practicadas determinarán si murió debido a la captura o por los problemas que presentaba debido a su edad.

Rojas Bracho enfatizó que desde que se planeó el Programa Vaquita CPR (Conservación, Protección y Reproducción) sabían que representaba un riesgo, porque nunca antes se había capturado a esta especie, por lo que se desconocía su comportamiento; sin embargo, se llevó a cabo como una medida para “comprar tiempo” mientras se retiraban las redes agalleras y se introducían artes de pesca que no pusieran en peligro la vida de la vaquita.

“El programa no era una medida de conservación, sino para comprar tiempo, para que se diseñaran artes de pesca alternativas que no se han podido diseñar por incompetencia. Para liberar a las vaquitas se tenían que eliminar las redes de pesca. El plan con CPR o sin CPR era terminar con la amenaza que representan las redes”.

El también presidente del Comité Internacional para la Conservación de la Vaquita Marina (Cirva) destacó que persiste la pesca ilegal en la zona del Alto Golfo de California, durante las expediciones han encontrado redes totoaberas nuevas.

Dijo que la solución para salvar a la vaquita marina de la extinción es eliminar la pesca ilegal e introducir artes de pesca alternativas; no obstante, reconoció la complejidad del problema debido al precio en el que se cotiza el buche de totoaba y a la falta de castigo a quienes comenten este ilícito.

“Los precios que ha alcanzado el buche de totoaba son superiores a los de la cocaína. Pese a los cambios que han hecho en la ley no han consignado más que a dos personas, hay algunas fallas en este punto de la ley”, apuntó.

El Programa Vaquita CPR se puso en marcha el pasado 11 de octubre, con el cual se pretendía buscar a los cetáceos y capturarlos para llevarlos a un refugio en San Felipe Baja California donde se trataría de reproducirlos bajo un entorno controlado, alejado de las redes de pesca que han mermado su población en los últimos años hasta ponerlas al borde de la extinción con menos de 30 ejemplares.

Lorenzo Rojas detalló que las labores de búsqueda de la vaquita marina continuarán hasta el próximo 11 de noviembre para identificar cuántos ejemplares quedan y continuar observando su comportamiento.

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