Desde las 07:00 de la mañana, los peregrinos que durmieron en el atrio de la Basílica de Guadalupe empiezan a doblar sus cobijas, recoger sus casas de campaña y se alistan para regresar a sus lugares de origen.

Algunos preparan tortas o sacan tamales que les dieron en el camino para desayunar antes de partir.

El señor Juan Manuel Barragán está al centro de la explanada de La Villa, en un diablito están dobladas alrededor de siete cobijas que él y su familia usaron para abrigarse del frío la madrugada de este 12 de diciembre, después de cantarle las mañanitas a la Virgen morena.

Los Barragán Peralta caminaron 14 horas desde Amecameca, Estado de México hasta la Basílica, en su andar los acompañó “Bola", su perrita de 1 año de edad.

Alrededor de las 11:00 de la noche cruzaron la entrada principal del recinto y se instalaron en un hueco que había en la explanada principal.

Creyeron que no alcanzarían a cantarle a la “madre de todos los mexicanos”, pero no fue así. Don Juan entonó con emoción las tradicionales mañanitas, al igual que lo ha hecho los últimos 35 años y le dio gracias por un año más de vida a lado de sus seres queridos.

Antes de regresar a su casa, su esposa e hijas quisieron subir a la capilla del Cerrito, a él le tocó quedarse con bola y cuidar sus pertenencias.

En una calle aledaña a La Villa se observa una fila de peregrinos que a su partida se encontraron con gente que regalaba comida.

Con emoción y agradecimiento esperan un plato con carne de puerco con mole y arroz, además de una botella de agua.

El señor Daniel Montes de Oca y su familia llevan 13 años asistiendo a la Basílica cada 12 de diciembre para alimentar a los fieles y así evitar que sean abusados por los precios excesivos de la comida en establecimientos cercanos. Asegura que hay huaraches con carne que alcanzan los cien pesos y tortas que rebasan los 50.

Otro propósito es ayudar a la gente como una forma de agradecimiento por todo lo bueno que la Virgen le ha dado a su familia y personas cercanas.

Casi llegando a la estación de Metrobús Deportivo 18 de Marzo se observan unas 20 figuras de la Virgen de Guadalupe y un letrero que dice 100 pesos, mientras un joven grita “si se la lleva se la dejo en 80".

Las estatuas pasan casi desapercibidas, la gente trata de llegar al Metro o a calles cercanas en donde están estacionadas las camionetas o camiones que los llevarán de regreso a casa.

ahc

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