La formación y evaluación de cada maestro no sólo es tarea de la autoridad civil , sino que se requiere la participación conjunta de la sociedad y el gobierno , afirmó la Dimensión de Pastoral Educativa de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

Encabezada por Alberto Suárez Inda, arzobispo emérito de Morelia, la Dimensión episcopal indicó que ante el cambio de época en el que nos encontramos exige claridad de fines y medios en cada iniciativa educativa , así como un constante empeño por atender las cuestiones esenciales para responder con “lucidez y creatividad” a las distintas realidades culturales, sociales, geográficas y económicas de cada comunidad.

“El acompañamiento, la formación, evaluación y reconocimiento de cada maestro, es tarea de todos, no sólo de la autoridad civil que administra e impulsa su gestión. La rectoría del Estado implica la participación conjunta de sociedad y gobierno en favor del desarrollo integral, humano, trascendente, y solidario de toda persona”, enfatizó.

Refirió que el papa Francisco ha llamado a los obispos del mundo a establecer un “pacto educativo” entre los diferentes sectores de la sociedad para acompañar, continuar y fortalecer una constante educación para la solidaridad y la paz.

“México saldrá adelante con la formación de seres humanos capaces de pensar, sentir y hacer -según la alta dignidad con la cual hemos sido creados- y de responder a la vocación histórica a la que hemos sido llamados”, enfatizó

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