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De 2012 a 2016, las mujeres mexicanas han ganado cada vez más espacios en la agenda política del país; sin embargo, esta no es una regla que se cumpla en todos los ámbitos. Los partidos políticos tienen prácticas que excluyen su participación y las mantiene con un perfil bajo dentro de sus filas.

“Los partidos constituyen el mayor obstáculo para que las mujeres accedan e influyan en la toma de decisiones partidarias y el debate público”, aseguró Belén Sanz, representante de ONU Mujeres en México, durante la presentación del informe La democracia partidaria en México: avances y desafíos.

Con el objetivo de conocer cómo es que las mujeres ejercen sus derechos políticos, ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) analizaron ocho dimensiones: marco legal en México, derecho al voto, cuota de paridad, Poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, partidos políticos y gobiernos municipales. Las distintas fuerzas políticas del país fueron la segunda categoría peor calificada: 57 de 100 puntos. Las organizaciones consideraron estos resultados como “preocupantes”.

PAN, PRI, PRD, PVEM, PT, Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano, Morena y Encuentro Social fueron los nueve partidos políticos analizados. De los indicadores que se observaron, el más bajo fue el que hace referencia a la capacidad que tienen las mujeres para intervenir en los procesos de selección de candidaturas.

Este aspecto tuvo una calificación de apenas 22 puntos, debido a que al analizar el contenido de los estatutos de cada partido, se encontró que solamente el PRI y el PRD otorgan facultades reales a sus militantes para poder incidir en los procesos de elección de candidatos.

También se encontró que existe una subrepresentación de las mujeres en las estructuras internas de los partidos políticos, ya que apenas ocupan 62 de los 244 cargos directivos. Esto ha impedido que las mujeres militantes encuentren oportunidades reales para alcanzar niveles más altos en la toma de decisiones de las cúpulas partidistas.

“La poca presencia de las mujeres en la política afecta a la democracia porque somos más de la mitad de la población y tendríamos que estar más representadas en los espacios de toma de decisiones en al menos 50%, pero eso no sucede”, asegura Georgina Cárdenas, miembro del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG)

En materia del presupuesto destinado al fortalecimiento del liderazgo de las mujeres, existe una percepción de inequidad, pues parece que “solamente a las mujeres se les exige estar capacitadas para ocupar cargos públicos, cuando a los hombres jamás se les ha exigido. Al final ellos han aprendido sobre la marcha, a partir de la experiencia y creo que nosotras también deberíamos aportarle a eso”, explica Dania Ravel, consejera del Instituto Nacional Electoral (INE).

El trabajo más complicado es al interior de los órganos directivos de los partidos políticos, debido a que en la mitad de éstos (PT, Encuentro Social, PAN y PRI) la representación de mujeres es menor a 50%.

Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza son los únicos con una paridad de 50/50 y el Partido Verde Ecologista, junto con el PRD, son los que presentan un porcentaje ligeramente mayor.

Las especialistas lo consideran como un “techo de cristal” impuesto en el ámbito de la toma de decisiones: “En los partidos políticos hay un cuello de botella porque la mayoría de las mujeres se encuentran en la base. Se quedan simplemente organizando eventos, pero de ahí a que lleguen a puestos directivos es muy difícil. La única presidenta nacional es Alejandra Barrales Magdaleno, del PRD”, dice Cárdenas

Otro de los rezagos que se detalla en el informe es en el ámbito de principios de igualdad y no discriminación. Después de analizar los compromisos estatutarios de los partidos políticos, encontraron que solamente tres (PAN, Movimiento Ciudadano y Encuentro Social), incluyen objetivos de igualdad de género en sus estatutos.

“Vivimos en una cultura profundamente machista. Se considera que el espacio de la política y el poder es algo que no les corresponde a las mujeres y ellas deben seguir en el ámbito privado”, asegura la especialista del CIEG.

El hecho de que seis de las nueve principales fuerzas políticas del país no incluyan en su reglamentación interna ningún principio de igualdad y no discriminación contra las mujeres es visto como una “omisión importante para subsanar”.

Ambas organizaciones, ONU Mujeres y el PNUD, fueron claras al asegurar que a pesar de los avances de la mujer en la política, en los partidos “no existen las condiciones que les permitan influir en la toma de decisiones internas, en la agenda política y el debate público”.

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