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A Leonor Hernández Santos, sobreviviente del edificio de Petén 915 y Emiliano Zapata que colapsó por el sismo de este martes en la delegación Benito Juárez, fueron los vecinos y no personal de Protección Civil quienes la rescataron de los escombros, alrededor de media hora después de que cayó el inmueble.

Aunque está hospitalizada en Xoco por las severas fracturas que le dejó el sismo, “¡está viva! Está mal, sí, pero está con vida”, exclama Eva Hernández, hermana de Leonor.

Joel Florencio Hernández, también hermano de la afectada, era el conserje, y en el momento del temblor estaba haciendo el aseo. “Se salvó de milagro, volvió a nacer y eso es algo que es increíble. Mi hermana también, porque está con vida, además le está echando ganas”, dice Eva.

Todos los hermanos son originarios del estado de Puebla, pero radican en la capital del país.

Eva narra que entre los escombros del edificio colapsado la gente gritaba con desesperación.

Maricela Hernández, otra de las hermanas que no vive en Petén, pero que acudió al lugar de inmediato, les gritaba: “Leonor, Lencho [así le dice a Florencio], ¿dónde están? Contéstenme, díganme algo?”.

Dice que un hombre de Protección Civil muy amablemente le comentó que se habían llevado a una señora muy grave, inconsciente.

Le comentó que había sido la primera persona en ser rescatada y que en medio de los escombros del edificio pedía ayuda.

Después de la tragedia, Florencio les platicó cómo fue rescatada. Cuenta que Leonor gritaba “¡ayúdame, sácame de aquí!”. Y lograron rescatarla.

Fue entonces cuando comenzó el viacrucis para encontrarla en hospitales. La remitieron al de Los Venados, pero ahí no estaba.

Por fin llegó a Xoco y desde ahí se supo que su estado de salud es delicado, presenta fracturas en el brazo derecho, se le partió en tres partes, sus costillas están muy mal e incluso le tuvieron que coser parte de la cabeza, la ceja y la nariz.

Cuando visitó a su hermana en el hospital, notó que a Leonor le brotan gotas de sangre que le estaban escurriendo desde la cabeza.

“Hay enfermeras que la verdad no merecen estar aquí, muy mal. Le dicen que se pare a caminar, pero no puede. De verdad hay gente que no sabe el sentido de esta palabra: enfermera”.

Lo perdieron todo. El martes del sismo, Leonor Hernández no trabajó.

Dado que se quedaron sin un techo para vivir y por ende sin trabajo, analizarán si la familia se va de la capital del país.

“Mis hermanos lo perdieron todo, sus documentos oficiales, su ropa, todo, pero gracias a Dios la gente del Hospital de Xoco ha entendido”, expresa Maricela Hernández.

Lamenta que todo haya quedado en escombros, pero se siente agradecida porque está viva, sobre todo porque sabe que algunos de los vecinos no lograron sobrevivir al terremoto.

La familia Hernández aguarda en la calle y al igual que en el Hospital General de Balbuena se acerca gente solidaria a apoyarlas.

Les llevan fruta, sándwiches, café y refrescos. Es el verdadero pueblo, el que se solidariza y por falta de recursos se trasladan a hospitales públicos aunque estén lejos de sus viviendas.

Por el momento son pocos los familiares de personas lesionadas que están a las afueras del hospital.

Hay quienes prefieren guardar silencio. Recordar la tragedia es doloroso.

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