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C ada año desde hace 40 Margarita Ramírez Rivera viene a la Basílica para agradecerle a la virgen que le haya regresado la capacidad de caminar y que le haya ayudado a recuperar a su familia.

En entrevista, explica que en 1986 sufrió un grave accidente automovilístico, cuando era más joven y su hija aún muy pequeña. Como resultado de este percance, Margarita quedó paralizada del cuello para abajo. Al principio estaba muy triste, luego se enojó y renegó de Dios.

Cuando pasó su enojo y comenzó a rezar nuevamente, se encomendó a la Virgen de Guadalupe, a quien le pidió que no la dejara postrada en la cama y que le ayudara para poder recuperar el movimiento y su independencia.

“Por el accidente automovilístico quedé inmóvil en una cama. Entonces le pedí mucho a ella para recuperar mi salud y mi mamá también le pidió mucho, porque es muy creyente. Yo me enfoqué en la Virgen”, contó.

“Quedé paralizada completamente de aquí (se señala el cuello) para abajo, no podía mover mis piernas; me tenían que dar de comer porque no me podía mover de la cama. Por milagros de la Virgen me fui levantando. Yo le pedía a ella que no me dejara postrada en una cama, le pedía que si no podía caminar que me permitiera hacerme mis cosas por mí misma”, agregó.

Desde entonces, cada año Margarita regresa a La Villa para darle gracias a la Guadalupana, a quien considera artífice del milagro que le permitió volver a caminar.

Este año, por ejemplo, viene con su esposo, Daniel Morales, así como con su hija y su nieto.

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