Hace 40 años, un 27 de diciembre, el papá de Angelina salió a la calle con una bolsa por la mañana, como siempre lo hacía, siempre regresaba en la noche; sin embargo, después de ese día no lo volvieron a ver. En aquella época los efectos de una vida excedida en alcohol ya habían afectado su mente: decía que su madre fallecida le hablaba.

Al señor Cosme García nunca le tomaron una fotografía, su rostro ni siquiera quedó en los registros gráficos del Semefo, permanece eternamente de 66 años en la memoria de Angelina: chaparrito, con bigote, idéntico a como se ve su hermano en la actualidad.

Al día siguiente de su partida lo buscaron por el rumbo, la colonia Valle Gómez, luego en hospitales, enviaron cartas a sus familiares en Veracruz, pero tampoco allá sabían nada, incluso fueron hasta un albergue en el que recogían a muchas personas en situación de calle, pero nadie lo vio.

La duda llevó a la familia García a buscarlo en la morgue, donde les dijeron que primero debían esperar cierto tiempo, cuando volvieron a preguntar los entrevistaron y les enseñaron un libro con fotografías de las personas fallecidas que habían ingresado sin ser identificadas, “yo los fui viendo, realmente nunca apareció mi papá ahí”, recuerda Angelina.

Un año después regresaron al (Servicio Médico Forense (Semefo), pero seguía sin aparecer en aquel álbum, “si ya se accidentó, pues ahí tendrían que haber tenido una fotografía o algo, pero realmente no”, afirma.

De acuerdo con el director del Incifo (antes Semefo), se tiene un conteo preciso desde 2008, aproximadamente, “antes de esa fecha hay registro, pero no con la exactitud que tenemos actualmente”, dice.

La desesperación llevó a Angelina a buscar hasta en un registro “del más allá”, un amigo del trabajo la llevó con otro tipo de especialistas, “esas personas que según se les mete el hermanito y nos dicen, yo les preguntaba por mi papá, si sabían si vivía o ya no vivía. Nunca me supieron contestar”, cuenta.

Angelina tenía 15 años cuando su papá desapareció, con el tiempo comenzó a sentir que él ya no estaba en este mundo, pero la respuesta llegó años después, otro 27 de diciembre, cuando su mamá le dijo “ya vino tu papá por mí, ya me tengo que ir, ya llegó mi momento”, luego falleció.

Después de que se casó, Angelina comenzó a poner en la ofrenda de Día de Muertos a su papá. Está segura de que su papá hace compañía a su mamá, ambos están juntos en su ofrenda.

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