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“Hijo, escucha, tu madre está en la lucha” fue el grito de cientos de mujeres que participaron ayer en la Séptima Marcha de la Dignidad Nacional, quienes recorrieron las calles de la Ciudad de México con la esperanza de que sus esfuerzos las ayuden a encontrar a sus vástagos desaparecidos.

Aunque ayer fue el Día de las Madres, para esas mujeres no hay nada que celebrar, puesto que sus hijos no están a su lado. La marcha, a la que asistieron aproximadamente 600 personas de acuerdo con cifras oficiales, inició a las 10 de la mañana en el Monumento a la Madre.

En pocos minutos Paseo de la Reforma se inundó con las fotografías de las personas desaparecidas, con carteles que mostraban sus nombres, sus características, los datos de la última vez que su familia los vio, una manera en la que sus seres queridos les hacen saber que nos los olvidan y que por eso se mantienen en la lucha, con la esperanza de volver a tenerlos entre sus brazos algún día.

Con consignas como: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, “por qué los buscamos, porque los amamos” e “hijo, escucha, tu madre está en la lucha”, entre otras, mujeres con la voz quebrada, con ojos llorosos que mostraban su dolor, clamaron por justicia para sus familiares. La mayoría no sabe de ellos desde hace varios años y denuncian falta de avances en las investigaciones que permitan dar con su paradero.

A la marcha se sumaron grupos de madres de desaparecidos de varias entidades, como Chihuahua, Querétaro, Guanajauato y el Estado de México, así como un contingente de familiares de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y de estudiantes de Jalisco, quienes se sumaron tras el homicidio de tres jóvenes cineastas.

El Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, integrado por más de 50 colectivos de familiares de víctimas de 18 estados, presentó una solicitud de cinco puntos para el gobierno: primero, que se permita la participación activa de las familias en la conformación de la Comisión Nacional de Búsqueda, así como en las locales, de las Fiscalías Especializadas y de los protocolos homologados que impulsen la implementación de la Ley General de Desaparición Forzada y Desaparición por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda.

Como segundo punto exigió “al presidente Enrique Peña Nieto que firme y promulgue la ley federal de declaración especial de ausencia para personas desaparecidas”; tercero, que se reforme de manera integral el artículo 102 constitucional que garantice una fiscalía autónoma.

El cuarto punto que planteó es que se evalúe el trabajo del Ejército mexicano y pidió “a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que impidan que entre en vigor la Ley de Seguridad Interior”. Por último, exigió que se respete el trabajo de la Oficina del Alto Comisionado en México para los Derechos Humanos.

La protesta concluyó en el Ángel de la Independencia, donde Alex Neve, secretario general de Amnistía Internacional de Canadá, comentó que desde su país han visto con preocupación “la crisis aterradora de las desapariciones”. Ante esto, les aseguró a las madres que “no están solas” y les entregó pequeñas mariposas de papel que simbolizan el lazo entre ambos países, las cuales tenían mensajes de solidaridad.

Jan Jarab, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ONU-DH), externó su admiración por las mamás que están en la búsqueda de sus hijos y resaltó que son un ejemplo para la sociedad.

Señaló que “estos retratos [los de los desaparecidos] hablan de una enorme tragedia humana. Es su voz la que debe escucharse en todo México para tocar también los corazones más duros y lograr cambios profundos en el país”. Reiteró que la ONU-DH seguirá acompañándolos y trabajará para que “ni una sola madre más, ni una sola familia más deba pasar por este terrible dolor”.

Hilda, representante de los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa, expresó que “es muy difícil decir el dolor que tenemos como madres” y recordó que si continúan protestando en las calles, “aunque nos tiren de a locas”, es porque aman a sus hijos y no pierden la esperanza de hallarlos algún día.

Jesús Medina, en representación del movimiento que surgió tras el asesinato de tres cineastas en Jalisco, se solidarizó con las madres al manifestarles que “su búsqueda es nuestra búsqueda, no están solas”, e hizo un llamado a las autoridades: “Estamos hartos e indignados de esta estúpida guerra contra el narco, reconozcan que fracasó, que se tiene que acabar y debe haber otra estrategia”.

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