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Unas vigas de madera hacen contrapeso a las paredes del estacionamiento que se encuentra en el sótano de la torre de departamentos de la calle Tokio 507. Con el sismo del 19 de septiembre el edificio vecino se derrumbó y los escombros impactaron en la propiedad de Mario Noguez, quien apenas hace tres años estrenó su departamento.

“Que de la nada pierdas tu inversión es lo que más duele. Aún no sabemos cuánto costarán las reparaciones. No nos dicen cuándo será la demolición del edificio. Esto va para largo”, dijo.

Desde el boquete que se abrió en el estacionamiento se observan los restos del edificio derrumbado, se alcanza a distinguir una recámara y un baño cuyas paredes se fracturaron dejando al descubierto el mobiliario del departamento. Mario y sus vecinos temen que con las lluvias se reblandezcan las paredes y las vigas de madera que hacen contrapeso, lo que ocasionaría un derrumbe de su edificio. “Estamos muy vulnerables”.

“Todo el peso tiene que caer en algún lado y se está metiendo en nuestro edificio. Esperamos que la demolición se haga lo más pronto posible, está lloviendo prácticamente todos los días, el material está vulnerable, se va a empezar a hacer más blando, entonces hay posibilidad de que esa humedad se vaya metiendo entre las paredes que están fracturadas”, dice.

El departamento que Mario habita tuvo un costo de 2 millones 500 mil pesos, tiene una extensión de 80 metros cuadrados y lo terminó de pagar en un plazo de dos años y medio. Tras el sismo de 7.1 grados que ocurrió el martes pasado le preocupa que su inversión se pierda. Como el departamento ya está totalmente pagado, no cuenta con ningún seguro. “De qué sirvió que me limitara en otras cosas y me apurara a pagar si mi inversión está en riesgo, y las reparaciones no sé cuánto vayan a costar”.

Con los muebles pegados en las paredes y las maletas en la entrada de la recámara, Mario muestra las grietas de su departamento en la sala, en el comedor en la recámara y en el cubo de la escalera que conduce al roof garden, donde las grietas continúan. Desde el día del sismo, Mario y su familia se fueron con unos familiares, únicamente van al departamento por ropa y para llevarse algunos muebles, puesto que en el edificio colapsado hay fugas de gas, por lo que no cuentan con este servicio desde el martes.

Señala que tanto personal de Protección Civil de la delegación Benito Juárez, ingenieros y arquitectos han revisado el inmueble y constatado los daños; sin embargo, nadie les da una solución.

Mario es vecino de Elsa, el edificio que colapsó se encuentra en medio de ambas torres de departamentos. Los escombros se recargaron en las paredes en los muros de las torres provocando la fractura de los muros, aunque los vecinos ya consiguieron a una empresa para la demolición del inmueble afectado, aún no hay fecha para su destrucción.

“Falta la firma de autorización del gobierno de la Ciudad de México. La delegación Benito Juárez ya hizo el dictamen, yo entiendo que las autoridades pueden estar enfocadas en otras cosas, lo único que necesitamos es el sello con esa firma para que se comience a trabajar y nosotros podamos reparar nuestras propiedades”.

Recuerda que cuando compró su departamento, se fijó en que la estructura fuera resistente; no obstante, señala que el problema fue el inmueble vecino. “Es un edificio de más de 35 años, pero no pensé que hubiera mayor problema, me animé a comprar aquí porque la estructura se veía sólida, pero no pensé que fuera a ocurrir algo así, el derrumbe del edificio ha afectado nuestras propiedades. Espero que se pueda arreglar pronto”.

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