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En su familia hay un dicho: “Los bienes son para arreglar males”, es por ello que cada vez que tiene un apuro económico, Beatriz Mesino recurre al Monte de Piedad u otra institución de préstamo prendario para dejar empeñada alguna de las joyas que su mamá le ha ido regalando desde su cumpleaños número 15.

Las últimas piezas que empeñó esta diseñadora gráfica y maquillista de 35 años fueron una cadena y unos aretes. Admite que recurre a este tipo de préstamos “con regularidad”, cada vez que tiene algún problema económico o, por ejemplo, cuando alguno de sus clientes le retrasa un pago. Como profesionista independiente, trabaja por proyectos, por lo que su ingreso no siempre es constante.

“Cada año mi mamá acostumbra regalarnos una pieza de joyería. Esos aretes fueron un regalo de graduación de cuando terminé la licenciatura en Diseño Gráfico, y la cadenita me la dio cuando cumplí 15 años. Mi mamá siempre ha sido de la idea de que es mejor tenerlos porque siempre te pueden sacar de un apuro.

“Yo trabajo de manera independiente y por eso no siempre tengo una entrada [de dinero] fija. Dependiendo del tipo de trabajo, a veces tengo que comprar algunos materiales y con los empeños me ayudo para seguir trabajando o si debo pagar una cuenta”, agrega.

Beatriz no acostumbra utilizar tarjetas de crédito ni otros instrumentos financieros. Aunque se le presenten problemas económicos, no tiene un ingreso fijo, por lo cual prefiere hacer sus operaciones en efectivo y evitarse deudas que en un futuro le pudieran traer complicaciones más graves.

Considera que los empeños son una opción porque, dependiendo de la casa a la que asista, tiene diferentes facilidades de pago, y oportunidad de recuperarse financieramente y ahorrar para desempeñar sus bienes.

“Entonces tienes la opción de empeñar y después de tres a cinco meses, puedes sacar tus cosas. En ese lapso te puedes recuperar y juntar otra vez el dinero. Obviamente, lo que te prestan no es el valor de tus cosas, pero es un apoyo y si el interés es muy bajo, te ayuda mucho más que pedir un préstamo en el banco que te va a costar mucho más pagarlo”, dijo.

Otra de las razones por las cuales recurre a los empeños como forma de salir de apuros económicos es la facilidad para obtener préstamos baratos. Frente a una de las sucursales de Fundación Dondé, en la que dejó su última prenda, dice que cada vez que ha llevado algún objeto a empeñar, le han entregado dinero “en automático”.

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