En el país se requieren alrededor de 2 mil 500 geriatras para atender a adultos mayores pero solo existen 401 médicos certificados , avalados por el Consejo Mexicano de Geriatría y la Facultad de Medicina de la UNAM que forma a 75% de estos expertos.

En la actualidad, México se encuentra en un proceso de envejecimiento acelerado , la pirámide poblacional de años anteriores se está invirtiendo debido a la disminución de la mortalidad y de la natalidad, a la migración y al incremento de la esperanza de vida que es de 76 años, en promedio, y para 2050 se elevará a 80 y 85 años.

Para atender ese sector de la población se requieren especialistas en la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades propias de los adultos mayores, pero no hay oferta suficiente, afirmaron Ivonne Karina Becerra Laparra y Carlos D´Hyver de las Deses, profesores de posgrado de la UNAM.

En la conferencia de prensa “Falta de geriatras en México: reto del siglo XXI”, señalaron que en naciones europeas han calculado que debe haber un especialista por cada cinco mil personas de edad avanzada. Con 12 millones de personas mayores de 60 años, en México se requieren hoy alrededor de dos mil 500.

A eso se suma que cerca de 60% de estos especialistas se ubican en la Ciudad de México y en menor proporción en Monterrey, Guadalajara, San Luis Potosí o León. En la capital hay un geriatra por cada ocho mil adultos mayores; en Jalisco, uno por cada 20 mil; y en Nuevo León, uno por cada 52 mil.

Pese a que en otras urbes como Hermosillo, Durango, Querétaro, Puebla, Toluca y Morelia hay geriatras, aún falta mucho por abarcar, reconoció Carlos D’Hyver de las Deses.

Becerra Laparra señaló que la Ciudad de México es la entidad más envejecida del país; en donde 13 .2 % de la población es mayor a 65 años. Para 2030 se prevé que más de 20% de la población en esta entidad será adulta mayor.

Resaltó la velocidad con la que ocurre este fenómeno. Francia, uno de los países más longevos, ha vivido esa transición en los últimos 300 años, tiempo en el que pudo desarrollar políticas públicas y de salud como la formación de especialistas; en México está ocurriendo en sólo 50 años.

Los padecimientos que más afectan a ese grupo poblacional son los cardiovasculares, seguidos por tumores malignos y demencias, subrayó la académica. “Las enfermedades crónico-degenerativas se vuelven las principales causas de morbi-mortalidad, y sus consecuencias, como las alteraciones en las funciones del anciano, propician que pierdan la capacidad de realizar sus actividades de forma independiente”.

La geriatría hace frente a la fragilidad del adulto mayor; porque cuando ante alguna eventualidad (problema alimenticio o enfermedad mental) se vuelve dependiente y genera costos muy altos, no sólo fisiológicos o de atención médica, sino familiares, sociales y económicos. “En ellos hay que tratar la neumonía, pero también la baja de fuerza y masa muscular, que impide que realice sus actividades”, añadió D’Hyver de las Deses.

Para atender esta situación, la UNAM brinda la especialidad a través de sedes hospitalarias públicas y privadas, como el Hospital General, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, la Fundación Médica Sur o el Hospital ABC, en donde se forman geriatras avalados por esta casa de estudios.

En Guadalajara, Monterrey, San Luis Potosí y Guanajuato también se ofrecen estos estudios. A través de la Universidad Nacional, la Ciudad de México y zonas aledañas (Estado de México) cuentan con 70 o 75 médicos geriatras de nuevo ingreso al año, y en el resto del país suman alrededor de 20.

Además, la Facultad de Medicina inició hace poco la “geriatrización” de los médicos generales: en la carrera de Medicina se agregó la materia, con 280 horas de un curso específico, para que todos los egresados sepan manejar mejor a las personas de edad avanzada. De ese modo, entre 800 y mil egresados por año estarán mejor capacitados para atender a esos pacientes y mandarlos con los especialistas cuando sea necesario, explicó el experto.

También mencionó al Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez, que se puede cursar en esta universidad, en donde se aborda el fenómeno desde la parte médica, de investigación, de fisiología, de aspectos económicos, políticos, sociales y psicológicos, con la participación de más de 30 entidades que trabajan en conjunto en el bienestar de las personas de edad avanzada.

A raíz de la modificación del programa de formación de geriatras, el cual se redujo de seis a cuatro años, ha aumentado el número de ingresos: de un promedio de 36, a 72 alumnos al año, concluyó D’Hyver de las Deses.

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