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En México, 15.57% de los accidentes de tránsito anuales a nivel nacional son protagonizados por mujeres, es decir, 51 mil 288 conductoras, a comparación de 227 mil 958 hombres.

Según el Inegi: “Ellas cumplen más con las normas y señales de tránsito, por ejemplo, 96% mantiene la distancia requerida entre autos y utiliza cinturón de seguridad, mientras que 86% está dentro de los límites de velocidad”.

A pesar de ello, las mexicanas que deciden ser madres se enfrentan a la decisión de seguir conduciendo durante su embarazo. Ningún estudio demuestra que sea inseguro continuar manejando.

Pero las medidas de seguridad vial deben modificarse acordes a los cuidados prenatales que deben cumplir todas las mexicanas.

Para usar el vehículo con independencia y seguridad durante el embarazo, es necesario acudir al doctor para saber si no hay ningún riesgo en el feto que impida que una mujer maneje.

Para evitar la fatiga o la hinchazón durante trayectos largos se aconseja el consumo de suplementos vitamínicos y conducir sin estrés.

Aunque parezca una obviedad, se recomienda el uso del cinturón de seguridad, sin importar el tamaño del vientre.

Cuando el bebé empieza a crecer, se debe poner el cinturón de una forma especial para que ninguno de los dos salga lastimado durante un jalón fuerte o un choque. La colocación recomendada, es con la banda inferior por debajo del abdomen, ajustándose lo máximo posible a la pelvis y nunca por encima del abdomen.

La banda diagonal tiene que estar sobre el hombro, sin rozar el cuello, cruzando por el centro del pecho y rodeando el abdomen. Es importante que ninguna de las bandas esté holgada, porque puede reducir la efectividad del cinturón.

Mientras más avanza el embarazo, el automóvil necesitará ajustes, como hacer el asiento para atrás para evitar que el estómago toque el volante.

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