Entre pandillas y pleitos Gabriel Everardo Zulmejía creció; seis días en prisión le bastaron para darse cuenta que seguiría el camino del “encuentro con Dios”.

Gabriel solicitó al arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, ser ordenado sacerdote al interior de un penal de la comunidad de Valle de Santa Lucía en Nuevo León, su solicitud fue aceptada esta tarde por el prelado.

“En la cárcel conocí la obra de la Misericordia, mis hermanos internos me compartían cobijas y comida”, recuerda.

Por conflictos entre pandillas, Gabriel estuvo en la prisión del valle de Santa Lucía, considerada uno de los barrios más conflictivos de Nuevo León por los problemas de drogadicción y violencia familiar que presenta; entre las cuatro paredes de la cárcel conoció la “bondad y la solidaridad” de sus compañeros, quienes con detalles como compartirle una cobija durante las noches, alejarlo de las malas compañías y con prestarle unas monedas para conseguir platos deshechables en los que le servirían su comida, conoció “el rostro de Dios” .

“El llamado para seguir el camino con el encuentro de Dios lo recibí en la cárcel, me impactó que en los seis días que estuve preso, mis hermanos presos realizaron lo que ahora conozco como obras de misericordia, el poder compartir una cobija, cuidarme de que nadie me hiciera daño, darme unas monedas para los deshechables de la comida”, relata.

El joven de 18 años actualmente es diácono de la orden del presbiterio de la Arquidiócesis de Monterrey, surgió en él la inquietud de ordenarse sacerdote al interior del penal de Valle de Santa Lucía porque fue ahí donde “conoció otro rostro de Dios, quien está presente aun en los momentos más adversos de la vida”.

Gabriel Everardo envió su solicitud para su ordenación sacerdotal en el penal al arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, quien aceptó su propuesta y oficiará el 27 de julio la ceremonia en la que el joven diácono se convertirá en sacerdote.

La presencia de pandillas, drogadicción y la violencia intrafamiliar han hecho del Valle de Santa Lucía, también conocida como la colonia Granja Sanitaria, como uno de los 40 barrios más peligrosos de la entidad, por lo que Gabriel busca con su ministerio apoyar a las familias del barrio donde creció.

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