Existen diferencias entre el “sexting” y la difusión no consentida de imágenes íntimas. E n el primer caso las personas ejercen sus derechos a la libertad sexual e implica el consentimiento de ambas partes, explica Danya Centeno de la Red en Defensa de los Derechos Digitales .

“El sexting no es una práctica que hay que estigmatizar ni es mala por sí misma”, el problema es cuando alguien rompe el vínculo de confianza y divulga estas imágenes, dice Centeno.

Este martes, EL UNIVERSAL dio a conocer la venta de “packs” en uno de los principales mercados en lnternet.

Los precios van desde un peso hasta los 2 mil, pero es probable que no todas estas imágenes de mujeres se obtuvieran a través del sexting . “También hay muchos casos en los que los perpetradores pueden hackear a las víctimas o les quitan el teléfono”, indica la abogada.

A pesar de eso, hay una tendencia constante de revictimizar a las mujeres que aparecen en las fotos y las comparten, la culpa sigue cayendo sobre ellas y no sobre la persona que violó la confianza y las compartió, asegura.

Mira aquí la nota, publicada en primera plana de EL UNIVERSAL

Este tipo de violencia virtual tiene impactos inmediatos en lo emocional y en lo físico, que están asociados con sudoraciones, alteraciones emocionales y del apetito, falta de concentración y ataques de ansiedad o paranoia, que pueden orillar a las mujeres a no salir de su hogar, porque se sienten vigiladas y juzgadas, lo que afecta su vida cotidiana, laboral o escolar, menciona Lulú Barrera del colectivo LuchadorasMX .

Normalizar esta práctica ha generado que incluso Internet se vuelva un lugar de riesgo para las mujeres, llegando al punto en el que se les desinvita a usar las tecnologías con libertad a ejercer sus derechos a la expresión sexual , señala Barrera; caso contrario a cuando se filtran imágenes íntimas de hombres, ellos no son agredidos y su actuar no es visto como juzgable, opina.

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