Berenice tiene 21. Ella sobrevivió al cáncer y ahora puede cargar en sus brazos a su pequeño hijo. Fue paciente de la Clínica de Supervivientes a Cáncer Pediátrico que se ubica en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.

Como lo dio a conocer EL UNIVERSAL , esta clínica, primera en su ramo tiene la finalidad de dar un seguimiento a los jóvenes que fueron pacientes por padecimientos cancerígenos de distintas formas, para ayudarlos a continuar después de haber superado esta enfermedad.

Farina Arreguín

, directora de esta unidad médica explicó que no basta con curar el cáncer, “después de hacerlo se deben detectar secuelas físicas, psicológicas y sociales en estos jóvenes y rehabilitarlos para que sean adultos saludables y productivos, porque 90% de los sobrevivientes llegan a presentar una o más secuelas ocasionadas por la afección y los tratamientos”.

Procedente de La Huacana , en Michoacán , Berenice forma parte de los 174 pacientes atendidos con un abordaje multidisciplinario de vanguardia en este “hogar” para supervivientes.

A sus 14 años fue diagnosticada con cáncer germinal de ovario; a siete años de distancia asegura que se ha podido reintegrar a la sociedad, casarse, tener un hijo y superar el duelo por haber perdido su larga cabellera gracias a que fue paciente de la Clínica de Supervivientes a Cáncer Pediátrico del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre que pertenece al ISSSTE .

José Antonio Soto Gómez

, coordinador de cirugía del Hospital Morelia , afirmó que en el caso de la entonces adolescente, la sospecha diagnóstica y la intervención quirúrgica oportuna y de emergencia que implicó la extracción de la vesícula y de la tumoración adherida al ovario izquierdo, fueron decisivos para un buen pronóstico, puesto que la cirugía es la piedra angular del tratamiento, seguido de quimioterapias.

Al recibir quimioterapias, perdió su cabello “que era muy largo”, motivo por el que la paciente se deprimió; también tenía miedo de no poder tener hijos.

Pero por ser menor de edad, fue sometida a una técnica quirúrgica conservadora para poder preservar su fertilidad, es decir, que no se tocaron el útero ni el ovario derecho durante el procedimiento, lo que permitió que años después pudiera convertirse en madre. El tratamiento fue suficiente para erradicar cualquier tipo de célula maligna en su organismo. “Pude vencer mi enfermedad y cumplir mis sueños de estudiar y formar una familia”, expresa la hoy madre.

Google News

Noticias según tus intereses